Subida de impuesto seguirá perjudicando a Japón si sueldos no aumentan, según analistas

Revisión a la baja del PIB profundiza dudas sobre la política económica de Abe


Trabajador

Andrés Sánchez Braun / EFE

La revisión a la baja del producto interior bruto (PIB) de Japón, que se contrajo un 1,9 por ciento anualizado entre julio y septiembre, ahondó las dudas sobre la economía nipona de cara a las elecciones generales que el país celebra esta semana.


El dato revisado mostró una contracción mayor a ritmo anual (de 0,3 puntos más) e intertrimestral (se incrementó del 0,4 al 0,5 por ciento) comparado con la primera estimación del Ejecutivo, publicada a mediados de noviembre.

Afectado aún por la subida del IVA de abril, el consumo, principal motor de la economía japonesa, no experimentó una recuperación suficientemente sólida y mantuvo el escueto avance del 0,4 por ciento intertrimestral publicado en noviembre.

La inversión de capital, otro factor de peso en la composición del PIB nipón, retrocedió 2 décimas más de lo anticipado (un 0,4 por ciento) y la inversión pública pasó de crecer un 2,2 a un 1,4 por ciento, tras la revisión.


La inversión residencial cayó una décima más (un 6,8 por ciento) con respecto al dato preliminar, reflejando claramente el efecto pernicioso que las subidas del IVA -que pasó del 3 al 8 por ciento el pasado abril- tienen en el país asiático.

Varios analistas aprovecharon para recordar que estas subidas seguirán afectando negativamente a la tercera economía del mundo si los sueldos, que apenas han subido en la última década, permanecen estancados.


El primer ministro Shinzo Abe, por su parte, ha asegurado en sus actos de campaña que esos incrementos salariales están a la vuelta de la esquina.

El jefe de Gobierno defiende que serán la consecuencia natural de su estrategia (bautizada como «Abenomics» y basada en los estímulos monetarios agresivos, en un mayor gasto público y en una serie de ansiadas reformas estructurales), que ya ha logrado incrementar los beneficios de las grandes corporaciones niponas.

El viceministro portavoz, Hiroshige Seko, insistió en ello y, pese a las cifras, aseguró que la economía «sigue en una senda de recuperación moderada» gracias a «Abenomics».

De cualquier modo, los datos revisados sirvieron para enfriar los ánimos en la Bolsa de Tokio, que cerró prácticamente plana, y para desatar más dudas sobre los efectos de la política económica implementada hasta ahora por el primer ministro.

El mal dato del PIB entre julio y septiembre y el escaso desembolso que siguen mostrando los hogares nipones tras el incremento del IVA le sirvió en noviembre a Abe de coartada para cancelar otra subida de este impuesto prevista para 2015 y someter a consulta su propuesta económica convocando elecciones anticipadas.

Para los comicios, que se celebran el próximo 14 de diciembre, las encuestas siguen dando como favorita a su formación, el Partido Liberal Demócrata (PLD), que aspira incluso a lograr una mayoría absoluta más sólida que la que ya ostenta en la Cámara Baja.

Los analistas consideran que, pese a no estar convencidos de los beneficios que promete «Abenomics», los nipones optarán por el actual jefe de Gobierno y su PLD porque aún tienen muy fresco el trienio (2009-2012) del ahora opositor Partido Democrático (PD), que fue incapaz de dar con soluciones para reactivar la economía.

 

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