La FIFA elegirá el mejor gol del año. El colombiano es el gran favorito.
“Las jóvenes generaciones no han visto jugar a Puskas, no saben lo que se perdieron… Su principal virtud, y esa nunca se pierde, es que era un goleador… Muchos creen que era sólo disparo. No. Tenía inteligencia, juego…” Asi describe Alfredo Di Stéfano, en su libro de memorias “Gracias, Vieja”, a quien fuera nominado ‘Goleador del Siglo XX’, el fabuloso húngaro Ferenc Puskas. Los estadígrafos le dan 704 goles en 716 partidos oficiales, casi una grosería. En 1956, jugando para el Honved frente al Athletic de Bilbao en España, estalló la Revolución Húngara y los jugadores decidieron no volver a su país. Fueron juzgados como traidores a la patria. Hungría protestó ante la FIFA y, aunque todos los clubes de Europa morían por tenerlo, se abstuvieron de contratarlo por temor a ser sancionados. Deambuló por Austria e Italia (recién en 1981 pudo regresar a Budapest) hasta que dos años después el Real Madrid se animó y lo fichó, pese a su inactividad, su gordura evidente y sus 31 años. Pero deslumbró en la célebre delantera Kopa, Rial, Di Stéfano, Puskas y Gento. Y alcanzó a marcar 193 goles como merengue.
En homenaje a este fenómeno la FIFA instituyó en 2009 el Premio Puskas al mejor gol de cada año. Cristiano Ronaldo (2009), el turco Hamit Altintop (2010), Neymar (2011), el eslovaco Miroslav Stoch (2012) y Zlatan Ibrahimovic (2013) han sido hasta ahora los cinco ganadores. Falcao quedó segundo de Stoch por aquel impresionante golazo al América de Cali, mezcla de ‘chilena’ y ‘tijera’.
Este año la decisión debe ser muy reñida, hay goles bellísimos, espectaculares, increíbles, y se ha incluido el de una mujer entre los diez finalistas: uno de Stephanie Roche, una irlandesa que hace una maravilla impensable en una dama (aunque cada día tienen más destreza con el balón): control, sombrero a su rival, media vuelta y zurdazo letal a un ángulo, todo de aire.
Está el inusual y notable gol de cabeza de Van Persie a España en el Mundial arrojándose hacia adelante; la mortífera volea del australiano Tim Cahill a Holanda, también en Brasil 2014; una exquisitez de Ibrahimovic de taco para el París Saint Germain; una joyita del mexicano Marco Fabián, del Cruz Azul, en la liga azteca; un impresionante bombazo del suizo Pajtim Kasami, del Fulham inglés luego de un dominio excepcional; una bonita chilena (aunque bastante común) del brasileño Diego Costa al Getafe; una preciosa ‘tijera’ de otro brasileño, el desconocido Camilo Sanvezzo, en la liga norteamericana, una media vuelta y ángulo del japonés Hisato Sato y, por supuesto, el gol del Mundial, el primero de James a Uruguay. Los diez goles tienen altísimo mérito; pueden disfrutarlos entrando en: http://es.fifa.com/ballon-dor/puskas-award/.
En la elección de un gol hay mucho de gusto personal. Algunos eligen un furibundo zapatazo de larga distancia, otros se decantan por una gambeta genial tipo Maradona, están quienes priorizan una definición lujosa y los hay que disfrutan de una precisa maniobra de conjunto, con varios toques. En esta edición, evidentemente, el jurado puso énfasis en la proeza individual. Los diez son tan buenos que es difícil descartar. De antemano aclaramos que el tanto del costarricense Esteban Ramírez al Saprissa fue anotado el 2 de noviembre, cuando ya el concurso estaba cerrado, sino probablemente ninguno de los otros diez tuvieran posibilidades frente a tan sensacional acción personal. Pero Ramírez no está excluído, puede competir el año próximo.
Nuestros finalistas en esta edición serían:
A) El del suizo Kasami en la Premier League; extraordinario. Desde el centro del campo marca el pase y pica en profundidad haciendo la diagonal a su derecha, con un marcador pegado a él; en plena carrera recibe el envio largo y amortigua la pelota de pecho hacia adelante, para acomodarla, y a toda velocidad la empalma como si fuera un cañón; desde ángulo cerrado la clava arriba. No hay forma de hacer un gol más expectacular.
B) El brutal zurdazo de Cahill a Holanda. De mil balones iguales, 800 se van fuera del estadio y otros 200 a la tribuna, este se incrustó en la red con una violencia pocas veces vista. El golpeo de balón es tan preciso que convierte al disparo en una bomba. Si le pega al arquero en la cabeza lo despiertan al otro día.
C) El de James Rodríguez a Uruguay. Porque fue un poema y una acción personal de brillantísima técnica y maestría. Por la importancia del rival, del lugar, del torneo. Es el tipo de gol que uno sueña de chico, en el campito. Y sirvió para avanzar a los cuartos de final de un Mundial, lo que le confiere un puntito más.
Hay una onda, últimamente, que parece valorizar sólo lo que ocurre en los Mundiales (¿entonces para qué se juegan los demás campeonatos…?) Esa tendencia va a decir que el de James fue el mejor porque lo hizo en un Mundial (aunque el de Cahill también). Nada que ver. Desde luego que el marco lo enaltece, pero si gana es porque se trata de un gol excepcional, de cualquier época. Caso contrario debería vencer el de Mario Gotze, que fue notable y sirvió para ganar una Copa del Mundo.
También hay otra onda de que únicamente son elegibles goles de ‘chilena’ o con raros malabares. El segundo tanto de Robben a España la tarde del 5 a 1 en Bahía fue de antología, un contraataque fulminante y precioso, lleno de vértigo y emoción. Robben ‘mató’ a Sergio Ramos en una carrera de 30 metros, enganchó hacia adentro, desparramó a Casillas dos veces y con Ramos y Piqué sobre la raya del arco para evitar la caída, los ejecutó de zurda. Un gol para la historia que, como mínimo, debió formar parte de los diez finalistas. Y hasta podía ser el ganador, perfectamente.
Cuesta dejar de lado el cabezazo de Van Persie o la genialidad de Marco Fabián, pero el gol debe medirse por lo que impacta en uno mismo al verlo, la emoción, el asombro que nos despierta. Y para este cronista aquellos tres son fenomenales. ¿Cuál elegiría Puskas…? Siendo zurdo, técnico y de gran remate, se quedaría con el de James.
(*) Ex articulista de El Gráfico y director de la revista Conmebol, es columnista de International Press desde 2002.