Por Jorge Barraza*
¿Romperá algún alemán con la hegemonía de Messi y Cristiano Ronaldo…? ¿Cuál de ellos… Müller, Neuer, Kroos, Lahm…? ¿Acaso James Rodríguez…? ¿Primarán los títulos colectivos o los méritos individuales…? Ni el mismo Gabriel Hanot, periodista de la revista France Football inspirador del Balón de Oro -creado en 1956-, hubiese soñado que su idea devendría en esta fiebre actual por ganarlo y en la polémica que desata año tras año por las nominaciones, las ternas y, sobre todo, los ganadores.
Tampoco imaginaría las desenfadadas (desvergonzadas) campañas mediáticas que se montan en el empeño. Los medios de prensa madrileños saben que un Balón de Oro para un jugador del Real Madrid significa decenas de millones de ejemplares vendidos, altísima audiencia televisiva y radial, millones de internautas atrapados, facturación publicitaria. También las marcas de ropa deportiva pugnan por entronizar a sus futbolistas contratados. Venden millones de camisetas.
Últimamente parece no alcanzar con jugar bien o conquistar torneos, hace falta un aparato detrás, por ejemplo un representante ambicioso como el portugués Jorge Mendes haciendo lobby en las altas esferas. Los alemanes no lo tienen, Ribery no lo tenía el año pasado, el mismo Messi carece de una maquinaria que lo impulse. Él no da entrevistas, no “se vende”, y su agente es su padre, a quien rara vez se lo ve. Con los demás jugadores pasa igual, no tienen una empresa de 40 empleados taladrando, fabricando imagen.
Mientras Cristiano Ronaldo pueda respirar y juegue en el Real Madrid, va a ser muy difícil pelearle el Balón de Oro. El año último el portugués lo ganó bien (aunque con una ayuda de la FIFA, que insólitamente reabrió la votación para que se computara el repechaje jugado por Portugal, donde Cristiano destacó, y permitió que se pudiera cambiar el voto ya emitido. Y según confiesa el periodista catalán Francesc Aguilar, quien vota en la elección por ser corresponsal de France Football, esa reapertura se decidió en medio del partido Suecia 2 – Portugal 3, en el que Cristiano marcó tres goles. Aguilar renunció a seguir entre los votantes, asqueado de las cosas que vio en torno al premio). También hubiese sido correcto si los elegidos eran Ribery o Messi, los tres tenían méritos. Este año Cristiano fue el goleador y campeón de la Champions, aunque no ganó la liga, y su Mundial fue decididamente muy malo. El Madrid lo rodea con todo lo mejor que el dinero puede comprar, en la Selección Portuguesa queda expuesto: no pasó la primera fase.
Mientras Cristiano Ronaldo pueda respirar y juegue en el Real Madrid, va a ser muy difícil pelearle el Balón de Oro.
En un año mundialista, se reaviva la discusión sobre qué priorizar: el Mundial o los demás torneos. Si es lo primero, los futbolistas alemanes sacan ventaja por haberse coronado. Su problema es que Alemania no tuvo una sola figura descollante, fue un conjunto, con varios en alto nivel, muy parejos, empezando por Thomas Müller, un ganador insaciable tanto en el Bayern como en la selección y un goleador técnico, capaz de armar juego y definir. Fue decisivo para que Alemania obtuviera el Mundial. Müller tiene algunos gestos, ciertas actitudes poco amables, no muy caballerosas, y acaso por ello nunca sea ídolo, pero en el plano futbolístico, sería merecido si lograra el Balón. Incluso se vería atractivo que una figura nueva lo obtuviera. James jugó un mundialazo, su contra es que no pasó de cuartos de final, no ganó títulos en el año y tampoco disputó Champions. No obstante, su alto nivel de juego, los goles en Brasil, su rendimiento en el Mónaco y su excelente comienzo en el Madrid bien podrían ponerlo en la consideración.
Para revisar. La nómina de 23 candidatos se dio a conocer el 28 de octubre; se supone que se puso a debate 15 días antes; si el Balón premia el año calendario, parece un cierre demasiado temprano. ¿Los últimos dos meses y medio del año no cuentan?
Lo inexplicable es que aparezca en la nómina Andrés Iniesta. Hace muchísimo tiempo está desaparecido, en un nivel bajísimo, en el Barsa y en España. Incomprensible nominación. En cambio falta Andrea Pirlo, quien ganó el campeonato de Italia y brindó algunas clases magistrales en el Mundial. Tampoco parece acertada la ausencia de Matt Hummels, fantástico zaguero del Dortmund. Y no está Luis Suárez, un futbolista excepcional más allá de su célebre mordida y de la brutal sanción que le impusieron. El uruguayo tuvo un rendimiento fabuloso en el Liverpool y buenísimo en su selección. Y es un crack indiscutible, en juego, en goles y en garra. ¿Cuántos jugadores hay mejores que Suárez en el mundo…? ¿Dos… tres…?
Entre los técnicos el panorama es más claro. El premio quedaría perfecto en las manos de Joachim Löw. Alemania fue un excelente campeón del mundo, con buen fútbol y aceitado funcionamiento. Y el técnico es determinante, más en el fútbol actual. Igualmente justo es que esta vez haya sido aunque sea nominado Diego Simeone. Lo que ha hecho el ‘Cholo’ en el Atlético de Madrid es de leyenda.
Como es injusto que no estén designados Jorge Luis Pinto (su obra en Costa Rica fue colosal) o el mismo Pekerman, de brillante gestión en Colombia. En cambio está José Mourinho, sin nada para mostrar. Quedó rezagado en los cuatro torneos que disputó con el ultramillonario Chelsea. En el barrio a eso le llaman ‘hacer sapo’. En la lista de entrenadores (son 10) también entró Antonio Conte, por haber conquistado la Liga Italiana con la Juventus, algo que sabe a poco; con dos agregados: 1) Conte no ha hecho ninguna innovación táctica que se conozca, nada destacable. 2) Es un hombre sospechado de haber arreglado partidos varias veces. Pero esto se explica por ser un premio hecho por europeos para Europa. Por eso está Klinsmann, entre otras cosas. Lo suyo con Estados Unidos fue bueno, aunque no se compara a lo de Pinto o Pekerman.
El 1° de diciembre se dilucidará la terna finalista y el 12 de enero en Zurich uno solo subirá al olimpo de los dioses de la pelota. Mientras, el mundo seguirá discutiendo.
(*) Ex articulista de El Gráfico y director de la revista Conmebol, es columnista de International Press desde 2002.
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