La muerte es un negocio en crecimiento en Japón
Mucha gente se prepara para la muerte: hace un testamento, compra un nicho en el cementerio o reserva una cantidad de dinero para su funeral.
Es lo mejor, para dejar todo en orden y ahorrar futuros problemas a la familia.
Japón, un país de gente previsora, no es la excepción. Sin embargo, a veces puede ir demasiado lejos (al menos desde la perspectiva occidental).
Un artículo de Global Post revela que cada vez hay más japoneses –no solo mayores, sino también jóvenes– que planean su muerte como si planearan su matrimonio, al extremo de elegir el ataúd y la ropa que vestirán en su despedida de este mundo. Todo tiene que resultar “perfecto”.
La muerte es un negocio en crecimiento en Japón, cuya población está envejeciendo rápidamente. De ello pueden dar fe las agencias funerarias.
A fines del mes pasado, se realizó en Tokio una “expofuneral” que atrajo a 50 empresas del rubro y a 5.000 visitantes.
Hubo personas que simularon (o anticiparon) su propio funeral: se vistieron y maquillaron para la ocasión (¿cómo le gustaría lucir mientras lo velan o entierran?) y se recostaron en los ataúdes para probarlos como quien se prueba unos pantalones.
Todo se planifica. Nada se deja al azar. (ipcdigital)