Cobran hasta 10.000 yenes por un ensayo manuscrito de cinco páginas
¿Su hijo no ha hecho la tarea? Eso ya no es problema, al menos no en Japón, donde están proliferando agencias que hacen deberes escolares por una buena cantidad de dinero.
Yahoo! Japan ha publicado el testimonio de un reportero de Shukan Post que recurrió a una de estas empresas que se están expandiendo por internet y hacen un trabajo personalizado.
¿Las tarifas? Una agencia cobra, por ejemplo, 3.000 yenes (casi 29 dólares) por página redactada de un ensayo y 4.000 yenes (38,5 dólares) por dibujo. También se encargan de proyectos de investigación o artesanías.
Las empresas se promocionan con frases como: «Redactar ensayos no es un trabajo de medio tiempo de un estudiante. Deje que los profesionales se encarguen de retocar sus ensayos». O: “Fastidiosos y difíciles problemas de matemáticas y aritmética, incluso puede pedir ayuda con un solo problema”.
El reportero, cuyo hijo estudia en primer año de secundaria y tenía que escribir una composición sobre una lectura y hacer una pintura, buscó ayuda.
El negocio parece ser muy rentable, pues tres agencias se excusaron de atenderlo por exceso de demanda. “No podemos aceptar más trabajo”, le dijeron.
Otras dos compañías lo rechazaron por el mismo motivo. Recién su sexta solicitud fue aceptada.
Las tarifas: 10.000 yenes por un ensayo manuscrito de cinco páginas (96 dólares) y 8.000 yenes (77 dólares) por un cuadro en acuarela.
El reportero, teniendo en cuenta los elevados precios, temía que el trabajo no fuera de buena calidad. La agencia lo tranquilizó diciéndole que podía pagar después de recibir los tareas hechas.
“¿La pintura debe parecer que ha sido hecha por un estudiante de secundaria o debemos hacer un excelente producto?”, le preguntaron al padre. Este respondió que deseaba una obra que pareciese creada por un alumno de secundaria, pero también que fuese buena.
3 días después, el hombre recibió un ensayo sobre un relato del escritor Osamu Dazai, escrito de puño y letra por un estudiante de secundaria. El periodista leyó el texto y le pareció apropiado para el nivel de un estudiante de primer año de secundaria como su hijo.
¿Y la pintura? Una magnífica obra, según el reportero. Problema resuelto. (ipcdigital)