Incertidumbre ante el futuro
“La realidad es mucho más dura de que lo pensé”, dice I, una joven veinteañera de Saitama que hace dos años culminó sus estudios de diseño y hasta hoy no puede ejercer su profesión.
Ninguna empresa la quiere como diseñadora gráfica, que es lo que siempre quiso ser. Ni siquiera tiene un empleo regular, pues trabaja a tiempo parcial.
“Estoy preocupada por mi futuro”, le escribe a Yomiuri Shimbun en busca de orientación. “No sé cuánto más durará esta situación”, agrega. Eso la martiriza.
Felizmente, sus papás la apoyan, pero no quiere ser una carga para ellos. “He sido una molestia para mis padres y los he hecho preocuparse”, afirma.
I cree que es hora de tomar una decisión: o persevera en la persecución de su sueño o se rinde ante la realidad y agarra el trabajo que la vida le ponga en el camino para que “pueda convertirme en un miembro fructífero de la sociedad”.
Sin embargo, no sabe qué elegir. Se siente perdida. Y se resiste a abandonar su sueño.
En vista de que no puede hallar empleo como diseñadora, la psiquiatra Junko Umihara –vía Yomiuri– le recomienda investigar todos los campos afines al diseño gráfico para buscar trabajo en uno de ellos y mantenerse ligada a la carrera que estudió.
Al margen del camino que finalmente decida tomar, la alienta a continuar aprendiendo sobre diseño porque le puede ser de provecho en el futuro.
Asimismo, le pide mantenerse abierta a todas las opciones. I tiene un capital: su formación como diseñadora gráfica. Quizá no consiga un empleo como el que desea, pero su conocimiento le puede ser de utilidad en un campo distinto. Es un activo que no hay que desperdiciar.
En todo caso, la decisión es suya.
“No importa qué tipo de trabajo hagas, hazlo como un miembro de la sociedad y la experiencia sin duda te beneficiará”, subraya Umihara. (ipcdigital)
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