Kínder fue arrasado por el tsunami en marzo de 2011
La selección de Japón se fue del Mundial tras conseguir solo un punto en tres partidos. Una magra cosecha para un equipo que viajó a Brasil con el objetivo de clasificar por primera vez en su historia a cuartos de final en una Copa del Mundo.
Sin embargo, los niños de un kínder situado en el pueblo de Minami-Sanriku, prefectura de Miyagi, recibieron como a un héroe a Makoto Hasebe, capitán de los Samuráis Azules, a su retorno de Brasil.
Tenían motivos de sobra para hacerlo. Gracias a la generosidad de Hasebe, los niños tienen un sitio donde estudiar, reveló Yomiuri Shimbun.
El kínder fue arrasado por el tsunami que azotó el noreste de Japón el 11 de marzo de 2011. El jugador acudió en su rescate: logró recolectar 117 millones de yenes (1,15 millones de dólares) que donó a la escuela. Ese dinero hizo posible su reconstrucción en el verano de 2012.
Hasebe peloteó, bromeó e hizo manualidades con los pequeños. La alegría y la gratitud de los niños le dieron la victoria que en la Copa del Mundo le fue esquiva. (ipcdigital)
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