Japoneses que buscan ser negros estadounidenses

 

B-stylers o la adoración a la cultura afroamericana


B-stylers

(Fotos Baby Shoop)


No son un fenómeno nuevo. Incluso, no pasan por su mejor época. Ya no son tantos como antes. Sin embargo, aún llaman la atención de la prensa extranjera. Son los B-stylers, “los japoneses de alma negra”, según BBC Mundo, que ha publicado fotografías de la holandesa Desiré van den Berg, quien los conoció el año pasado en Japón.

Los B-stylers adoran la cultura afroamericana. Escuchan hip-hop, bailan breakdance y se atienden en peluquerías afro. Les gusta su música, cómo visten, cómo bailan, cómo hablan. Y los imitan. Su idolatría los lleva incluso a buscar parecerse físicamente a los negros estadounidenses.

En Tokio, Desiré conoció a Hina, una japonesa de 23 años que trabaja en una tienda de ropa llamada Baby Shoop. El eslogan del local lo dice todo: “Black for life” (“Negro para toda la vida”).


“Fue extraño cuando conocí a los B-stylers porque algunos de ellos no parecen japoneses pero tampoco diría que son negros. Es un término medio», le dice la fotógrafa a BBC.

Hina
Hina

Hina tiene la piel blanca, pero ha conseguido oscurecerla yendo a sesiones artificiales de bronceado. Además, usa lentes de contacto para que sus ojos luzcan más grandes.


Eso sí, a Desiré le llamó la atención que pese a su esfuerzo por parecerse a los afroamericanos y distanciarse de su apariencia original, en el fondo Hina, que considera a EE. UU. como la tierra prometida, no deja de ser una japonesa más. “Era muy amigable, dulce, humilde y gentil. Como cualquier chica japonesa era muy educada y me pedía disculpas todo el tiempo”, recuerda.

Los B-stylers no dominan el inglés (al menos no los que conoció la holandesa), pero suelen usar algunas expresiones en ese idioma e incluso dicen “man” cuando cierran una frase.

B-s

En otra entrevista, concedida a la revista sobre estilos de vida Vice, Desiré declara que, pese a que muchos seguramente los consideran extravagantes, en Japón pasan desapercibidos:Cuando estuve en Japón, me di cuenta de que es de muy mala educación mirar a la gente. Verás a mucha gente rarísima por la calle, pero nadie la mira. Por eso, es más fácil para ellos ser quienes quieran. A los padres de Hina les parece bien. Su madre cree que es una etapa por la que está pasando. Aunque la mayoría de los japoneses esté a gusto perteneciendo a las masas, Japón no deja de ser un país de extremos que consiguen coexistir sin problemas”.(ipcdigital)

Las fotos de Desiré pueden verse en el sitio web de BBC Mundo: http://xurl.es/b8gxn

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