El evento fue organizado por el nuevo restaurante de cocina peruana La Norteñita.
Una de las costumbres más divertidas del carnaval andino, la Yunza o Cortamonte, que consiste en derribar un árbol lleno de regalos, fue reproducido el domingo 27 por un grupo de peruanos de Isesaki, Gunma, que danzaron y celebraron la tradición en una tarde divertida.
La yunza fue organizada por el nuevo restaurante de comida peruana La Norteñita de Isesaki, que dirige la pareja peruana Enrique Takahama y Mery Kague.
El evento se realizó en parte posterior del local, ubicado en la Ruta 14, al costado de la estación de Goshi, donde se plantó el árbol y se colgaron en él globos, serpentinas y regalos. El árbol fue adquirido para la ocasión y se invitó a los niños del grupo de danza Perú Corazón para animar la actividad con marinera norteña.
Al caer la tarde, los pequeños cambiaron sus vestidos de baile y se alistaron para vivir, por primera vez en sus vidas, la tradición de la yunza. Sonó la música andina, los adultos levantaron sus vasos para brindar y todos empezaron a danzar en rueda en torno al colorido árbol.
Valiéndose de un hacha y hasta de una sierra eléctrica, los asistentes se iban turnando para cortar el árbol. La sonrisa de niños y padres, la picardía de las bromas y los acordes de un alegre huayno lograron representar, para satisfacción de todos, una parte de la cultura peruana en Japón.
Cuando el árbol fue talado completamente y se vino abajo, un nuevo ambiente de jolgorio tomó vida en el lugar. Chicos y grandes se avalanzaron sobre él para tomar sus regalos. Ayudados por los papás y los invitados, todos los niños acabaron con un regalo en la mano.
«Hicimos una yunza hace dos semanas y a la gente le gustó mucho. Nos pidieron que repitiéramos. Les dije que venían unos campeones de marinera que habían triunfado en Tokio y no me creyeron hasta que los vieron entrar. Las personas se emocionaron mucho al ver bailar a esos niños», comentó a International Press, Mery, quien tras más de 20 años trabajando en la fábrica se unió con su esposo para abrir La Norteñita.
La jornada tuvo otro lindo momento cuando una conmovida Mery fue rodeada por los niños y padres de familia de la marinera que le cantaron el «Feliz cumpleaños» en español, mientras su esposo Enrique sostenía una torta con la fotografía de ambos y una velita en forma de signo de interrogación.
“Sabe que a mi esposa nunca le he dicho te quiero”, comentó Enrique mientras Mery empezaba a abrir los ojos para reclamar algo. “Yo siempre le he dicho te amo”, completó la frase en marido en un lindo detalle para su compañera desde 14 años. Para Mery, fue uno de los días más lindos de su vida. (ipcdigital)