La solidaridad de la gente la inspira a ser buena persona, dice
Hokkaido. 2 de marzo de 2013. Mikio Okada, de 53 años, conduce por la carretera acompañado por su hija Natsune, de 9. Una tormenta de nieve les impide continuar, así que se bajan del automóvil en busca de refugio. Sin embargo, no encuentran dónde protegerse del intenso frío.
Resignados a pasar la noche a la intemperie, Okada abraza a su hija y la cubre con su cuerpo para mantenerla a salvo de la nieve y el viento. Al día siguiente, la policía halla a la niña en brazos de su padre. Él ha muerto congelado, pero ella está viva.
La historia de Natsune conmueve a muchos japoneses que le mandan numerosos mensajes de apoyo y regalos.
A casi un año de la tragedia, la niña ha escrito una carta –publicada por Yomiuri Shimbun– para agradecer las muestras de solidaridad de la gente y contar qué ha sido de su vida.
El sitio RocketNews24 ha publicado pasajes del emotivo texto.
“Lloré un río de lágrimas cuando me enteré de que mi padre había muerto protegiéndome”, cuenta Natsune.
Sin embargo, el enorme apoyo que recibió de la gente la hizo “muy feliz” y la ha inspirado a convertirse en “una persona que piensa en los demás”.
Algunas veces, en la noche, Natsune recuerda el cálido rostro de su padre y llora. No obstante, la niña asegura llevar una vida feliz. Le gusta ir a la escuela caminando por las carreteras cubiertas de nieve acompañada por una amiga.
Natsune no es solo huérfana de padre. Hace varios años perdió a su madre. En la actualidad vive con una pariente. (ipcdigital)
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