Madres trabajan y cuidan a sus niños al mismo tiempo
Promover la participación laboral de la mujer es uno de los pilares de la estrategia de crecimiento impulsada por el gobierno del primer ministro de Japón, Shinzo Abe.
Muchas mujeres no hallan las condiciones ideales para conciliar trabajo y familia, motivo por el cual renuncian a sus empleos cuando se convierten en madres.
Para revertir esta situación, el gobierno está evaluando apoyar a las compañías que brindan facilidades para que sus empleadas con familia puedan continuar laborando y ha establecido como prioridad reducir a cero el número de niños que están en lista de espera para ser admitidos en guarderías y, de ese modo, permitir que sus madres no se aparten del mercado laboral.
Algunas compañías ya están dando pasos hacia adelante para ayudar a las madres trabajadoras. Por ejemplo, Mo-House, fabricante de ropa para enfermeras, autoriza que sus empleadas lleven a sus hijos al trabajo.
La iniciativa beneficia a seis mujeres con edades comprendidas entre 31 y 41 años e hijos entre cuatro meses y un año medio que tuvieron que renunciar a sus empleos para criar a sus hijos, informó Mainichi.
Las mujeres acuden al trabajo dos o tres veces a la semana, cuatro horas cada vez. Su labor consiste en atender el teléfono o introducir información en el sistema informático de la firma. Mientras laboran, sus hijos no están en un ambiente aparte al cuidado de otras personas, sino al lado de ellas, que trabajan y los cuidan simultáneamente. Por jornada ganan entre 5.000 (50,7 dólares) y 7.000 yenes (71 dólares).
Una de ellas, Izumi Kakinuma, de 33 años, asegura que el programa demuestra que es posible trabajar y criar a un niño al mismo tiempo. Ella renunció a un empleo en un jardín de infancia en marzo de este año para cuidar a su hijo de cinco meses.
La política laboral de Mo-House ha sido elogiada por Abe.
La presidenta de la compañía, Yuka Mitsuhata, de 49 años, sabe lo que significa retirarse de un trabajo por la familia, pues ella misma tuvo que hacerlo cuando dejó el puesto que tenía en una editorial tras casarse. Mitsuhata enfatiza que las empresas no deben resignarse a perder a sus empleadas cuando estas se convierten en madres, sino más bien aprovecharlas, pues su experiencia como formadoras o educadoras puede aportar muchas cosas.