Tokio espera recibir ayuda para desmantelar planta de Fukushima
El ministro nipón de Exteriores, Fumio Kishida, adelantó que Japón espera unirse en 2014 a la Convención de compensación por daños nucleares, firmada por países como EEUU o Argentina, y cuyo objetivo es el de realizar sinergia entre empresas y países en caso de accidente nuclear.
«Trabajaremos para aprobarlo en el momento adecuado durante el próximo año», reveló Kishida, que prevé presentar la solicitud para formar parte de este pacto auspiciado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) durante la próxima sesión de la Dieta (Parlamento).
Según detalló la agencia Kyodo, con su adhesión Japón busca contar con la ayuda de empresas extranjeras en el proceso tanto para desmantelar la central nuclear de Fukushima, epicentro de la crisis atómica iniciada en 2011, como en las labores de rehabilitación de las zonas adyacentes a la planta.
Durante un encuentro celebrado en Tokio en la víspera con el secretario de Energía de EEUU, Ernest Moniz, el canciller nipón le transmitió también la intención de Japón de unirse a la convención, firmada en 1997 y en la que también participan Rumanía y Marruecos.
Como parte del pacto, los países participantes también tienen la posibilidad de recibir compensaciones suplementarias de un fondo común en el caso de sufrir un accidente nuclear.
Moniz, por su parte, dio la bienvenida a la iniciativa nipona y acordó con Kishida coordinar la entrada de Japón al tratado y reforzar la cooperación entre ambos países, detalló Kyodo.
A primeros de octubre, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, ya adelantó la intención de Japón de solicitar más ayuda internacional para contener la crisis de la central nuclear de Fukushima, donde se lucha para contener las fugas de agua radiactiva mientras se lleva a cabo su desmantelamiento, una labor estimada en cerca de 40 años.
Al margen, Japón lucha también por descontaminar de la radiactividad las zonas de exclusión en torno a la central, en el objetivo de poder permitir paulatinamente el regreso de los cerca de 52.000 desplazados que dejó la crisis atómica y cuyo coste se ha estimado en cerca de 5 billones de yenes (36.973 millones de euros). (EFE)