Tepco analiza muestra recogida el viernes
Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de la accidentada central de Fukushima, dijo hoy que la recientemente detectada agua radiactiva filtrada al mar desde los sótanos de la central tiene los mismos niveles de contaminación que la que se filtró justo después del accidente de 2011.
La operadora reveló hoy que una muestra de agua recogida el viernes en el subsuelo del reactor número 2 de Fukushima Daiichi contiene 2.350 millones de becquereles de cesio por litro, lo que equivale al nivel de contaminación del agua filtrada al mar un mes después de la catástrofe nuclear de marzo de 2011.
El pasado 22 de julio TEPCO admitió haber detectado por primera vez la filtración de agua radiactiva desde los sótanos de la central al mar, situados justo frente a los reactores.
Aunque pidió disculpas aseguró que había hecho todo lo posible para impedir que el agua tóxica saliera fuera de la planta y que consideraba además que la cantidad filtrada era muy limitada.
TEPCO empezó a sospechar de la posibilidad de que se estuviera filtrando agua radiactiva al mar después de detectar líquido contaminado en los pozos de observación situados entre las unidades nucleares y el puerto de la central con hasta 9.000 becquereles por litro de cesio-134 y 18.000 becquereles por litro de cesio-137.
Precisamente, la principal preocupación en las labores para desmantelar la central es la acumulación de agua contaminada en el subsuelo de los edificios que albergan los reactores nucleares, líquido que se incrementa a diario por la filtración de agua subterránea proveniente de las zonas colindantes.
Con el fin de aislar el agua tóxica, la eléctrica cuenta dentro del complejo nuclear con cerca de 1.000 contenedores en los que la almacena.
Después de retirar la sal y las partículas radiactivas, la operadora utiliza esta agua para enfriar los reactores
Desde el accidente nuclear de Fukushima en 2011, el peor desde Chernóbil en 1986, cerca de 3.500 trabajadores luchan a diario en la central japonesa para dar por concluida la crisis atómica, una labor que se estima se prologará durante los próximos 30 o 40 años. (EFE)