María Pagés trae su «Utopía» a Japón para sanar las heridas del tsunami

Obra de artista flamenca habla de solidaridad y ética


Andrés Sánchez Braun / EFE

La bailaora María Pagés estrena hoy con su compañía la obra «Utopía» en Japón, un lugar especial en el que se siente «querida y arropada» y en el que ha preparado una serie de talleres para afectados por el tsunami y la crisis nuclear de Fukushima.


La artista flamenca cree que su «Utopía», una coreografía que surge de su encuentro con la obra y la persona del desaparecido arquitecto brasileño Óscar Niemeyer y que clama por una ética que se hace más necesaria que nunca en tiempos de crisis galopante, «llega a Japón en un muy buen momento».

A los trances en los que vive sumida buena parte de la comunidad global hay que sumar en Japón la sombra de la tragedia del 11 de marzo de 2011, algo que según la bailaora «se nota que está aún presente en la mente y el alma de los japoneses».

En una entrevista concedida a Efe explicó que durante la presentación de la gira, que dura hasta el 25 de mayo, los medios de comunicación nipones le han subrayado el que «Utopía», una propuesta cargada de movimiento que habla de solidaridad o de la fragilidad de la vida humana, llega en un momento «muy necesario» para el país.


«Creo que la van a recibir muy bien por la coyuntura en la que llega y porque es una obra con un mensaje claro», aseguró.

«Utopía» se verá hoy y mañana en el teatro Bunkamura de Tokio, el 22 en Kitakami (noreste del país) y se despedirá de Japón el 25 en Hyogo.


Pagés y su compañía han puesto especial esmero a la hora de presentar aquí esta producción, hasta el punto de que se ha traducido al japonés el libro «Utopía del buen lugar», que recoge el proceso creativo de la obra y viene cargado de anotaciones a mano de su autora y bocetos de la coreografía.

«Yo me siento aquí muy querida y arropada. Cada vez que vengo me reciben fenomenal, me cuidan mucho. Son un público muy fiel. Una vez que entras en sus vidas, por así decirlo, vas a estar siempre presente para ellos y te van a seguir», confesó.

La última gira que la coreógrafa realizó en Japón concluyó apenas 15 días antes del fatídico 11 de marzo de 2011.

Cuando comprobó, a través de los medios de comunicación, cómo la tragedia se cebaba con esa tierra que acaba de visitar y a la que guarda tanto cariño, le surgió en seguida la necesidad de premiar la lealtad y el afecto que siempre ha sentido al actuar en Japón con una muestra de «apoyo moral y de reconocimiento».

«Es admirable la capacidad de superación que ha mostrado el pueblo japonés», admitió Pagés, que anda «ilusionadísima» con el taller flamenco que ha organizado en la ciudad de Fukushima para los afectados por el tsunami y la posterior crisis en la cercana central nuclear.

La actividad va dirigida especialmente a los niños de la localidad, y ha sido planteada como un espacio «de convivencia» en el que deben participar también los padres con sus hijos.

«Hemos elegido Fukushima porque es un símbolo. Por la secuelas de la tragedia, por esa leyenda negra que deja maldito un lugar de por vida cuando pasa algo así. Se trata de dar apoyo a gente que ha sufrido, que lo ha pasado mal, que ha quedado marcada», explicó Pagés.

A este taller, que tendrá lugar el 20 de mayo y que cuenta con el apoyo de la Embajada de España en Japón, la Fundación Loewe, Bunkamura, Waiwai Hall y la asociación Artedea, le seguirá otra actividad en la ciudad de Kitakami el día 22.

En este caso se tratará de un ensayo abierto para niños y padres.

«Podrán entrar a nuestro mundo», señaló Pagés, apenas un par de horas antes de que su compañía interprete «Utopía» sobre las tablas del auditorio de esta localidad, situada a escasos 70 kilómetros de la costa donde el agua lo arrasó todo a su paso hace algo más de dos años.

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