Por la psicóloga Nélida Tanaka*
Consulta: “Mi hija de 11 años me dice que tiene miedo de morirse. Me dio un gran susto, dice que siente algo en la garganta, le falta el aire y no puede respirar, el corazón le palpita rápido y tiene entumecimiento en las manos y en las piernas que las tiene bien frías. Fuimos al hospital, le hicieron chequeos pero nos dijeron que no tiene ningún problema y que más bien podría ser el estrés. Nosotros llegamos hace unos meses al Japón, en realidad, volvimos después de algunos años de haber residido aquí. Si el doctor dice que es estrés, ¿será porque tuvimos que dejar el país? Si a ella le gustaba el Japón porque tenía sus amiguitas cuando estaba en el colegio y estaba entusiasmada de venir. Además mi esposo estaba solo aquí así que toda la familia estaba esperanzada por el reencuentro. Namie fue siempre una niña fuerte, seria y responsable, me ayuda siempre porque tiene 2 hermanitos menores, es mi brazo derecho. No me imagino cómo hubiese podido estar con todos ellos sin mi esposo en el Perú si no hubiese sido por ella. Aunque el doctor dice que tiene los síntomas por el estrés, me es difícil creer porque ella tiene tanta fortaleza. ¿Me puede dar su opinión?”
Respuesta: A través de sus palabras puedo comprender que Namie fue siempre un gran apoyo cuando su esposo no estaba con ustedes, ella fue siempre, como bien lo dice usted, su brazo derecho. No puede creer que su hija reaccione con síntomas de estrés por la fortaleza que siempre vio en ella y porque estaba entusiasmada de venir al Japón.
Los síntomas que muestra señalan la posibilidad de un trastorno de pánico, que algunas veces se ve en niños, aunque este diagnóstico médico se da a los adultos. Según mi experiencia clínica, detrás de estos síntomas hay una represión de sentimientos. El médico señaló la posibilidad de que ella tenga algún estrés.
Si nos ponemos en la posición de Naomi, dejar un lugar acostumbrado para ir a otro país representa un gran cambio, a pesar de que esté con ganas de venir. Todos ustedes están viviendo muchos cambios y separaciones lo que resulta bastante estresante para todos.
Por otro lado, ella es una niña que siempre le ha ayudado y apoyado, tomando la posición del papá en su ausencia. En este sentido, ella ha tenido que crecer demasiado rápido, ha tenido que mostrarse fuerte y segura por las circunstancias a una edad en que otros niños podrían mostrarse mas dependientes y mimados por los adultos.
Ella tuvo que abandonar las faldas de la mamá prematuramente con el nacimiento de sus hermanitos asumiendo el rol de la hija en la que usted podía confiar para tener una posición en la familia. Sin embargo, para que un niño pueda crecer sano tanto física como psicológicamente, también es importante que pueda satisfacer sus necesidades infantiles tales como depender de la madre, mostrar sus sentimientos, expresar sus miedos cuando los sienta, sin tener que aparentar ser más mayor de lo que realmente es.
Imagine cuántas veces ella habrá sentido celos porque su atención se concentraba en los hijos menores, cuántas veces habrá querido ella ser escuchada pero tuvo que aguantarse por sus hermanitos, cuanta pena y rabia se habrá tragado al ver que los menores acaparaban su atención.
Tal vez Namie ha ido acumulando y aguantando muchos sentimientos por demasiado tiempo, dando lugar a estos síntomas. Deje que ella descargue su peso, que no tenga que mostrarse siempre la hija mayor, siempre fuerte, serena y segura de sí misma, y tenga en cuenta que esto no significa debilidad.
Puede que ahora que el papá se reintegrará a la familia, ella se sienta mas aliviada, no teniendo que acarrear siempre el peso de ser el brazo derecho de la mamá en la ausencia de su marido. Muchas veces los síntomas nos dan un mensaje importante, prestemos atención a lo que nos transmiten.
*Psicóloga clínica, contacte con ella llamando al 090-2245-4021 o por correo electrónico : consultas@hotmail.co.jp
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