El peruano-japonés Kaoru Morioka cumplirá esta noche el sueño de su vida cuando debute vistiendo la casaquilla de la Selección Japonesa de Fútsal que se prepara para jugar el Mundial de Tailandia desde sel 1 de noviembre.
Jugará ante Brasil en el coliseo olímpico de Yoyogi en Tokio.
«Ahora mi cabeza solo está puesta en el Mundial. Durante estos días pensaba más en si me convocarían o no», declaró Kaoru a International Press poco después que se divulgara la lista de los 14 mundialistas japoneses hace apenas una semana atrás.
Kaoru fue convocado tan pronto obtuvo su nacionalidad japonesa y llegó al equipo junto a Kazu Miura, la estrella del fútbol japonés que nunca pudo jugar un mundial con la selección de campo y que ahora lo hará con el Fútsal.
Transcurrieron a pensas horas desde el primer entrenamiento con el equipo nacional para que la prensa japonesa divulgara fotografías del «King Kazu» abrazando a Kaoru.
«El primer día estaba nervioso, estaba allí con Kazu, mi ídolo. Me hablaba y yo no sabía qué decir. Me preguntó cómo se decía ‘cansado’ en español y como él sabe portugués me dijo: se pronuncia igual», contó Kaoru al narrar su primera práctica junto a Kazu.
La crítica japonesa reconoce que ambos serán gravitantes en el conjunto dirigido por el español Miguel Rogrigo, aunque cada uno en su justa medida.
A sus 45 años, Kazu es visto más como la voz de la experiencia y el imán mediático que este cuadro necesita. El hombre es súper popular en Japón, tanto que desde su llamado al equipo la presencia del Fútsal en la media local ha subido como la espuma.
Antes de Kazu, si la selección de Fútsal entrenaba le daba igual al noticiero de la noche o al programa deportivo del sábado. Todo eso cambió.
Con Kaoru Morioka, la situación es distinta. De él se espera más que foto y pose para TV. Rodrigo lo ha llamado porque quiere su potencia física y sus goles. «Él pondrá músculo y gol», ha dicho ya el técnico español acerca del peruano.
El debut de Kaoru con la selección nipona no podrá ser más exigente. Esta noche se medirá ante Brasil, actual campeón del mundo, y nada menos que su primer enemigo en el Mundial de Tailandia.
Ambos equipos integran el grupo C de la copa, junto a Portugal y Libia.
