Para China la operación en las islas Senkaku ha sido un éxito

«Hicimos lo que quisimos. Llegamos a la isla, pusimos nuestra bandera», afirman


Siete de los catorce activistas chinos detenidos el pasado miércoles por Japón en las islas Diaoyu, disputadas entre Pekín y Tokio, ya han regresado a Hong Kong tras dos días de tensiones diplomáticas entre ambos países.


Así lo aseguró la agencia oficial Xinhua en un escueto comunicado, que señala que el avión con los activistas aterrizó en el aeropuerto internacional de Hong Kong a las 19.50 hora local.

Se espera que los siete activistas restantes vayan llegando a la Hong Kong también en las próximas horas, bien por aire, como este primer grupo, o por mar.

Después de que Japón anunciase su liberación, China advirtió hoy de que mantiene una «postura muy firme» en cuanto a su soberanía sobre las islas Diaoyu, o Senkaku para el país nipón.


«Cualquier movimiento unilateral de Japón contra nacionales chinos es ilegal e inválido», dijo este viernes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Qin Gang.

El portavoz del Comité de Acción para la Defensa de las Islas Diaoyu, que se identificó como Orwah, adelantó a Efe que los activistas llegarían a Hong Kong en breve y que están «más que contentos con los resultados de la operación: ha sido un éxito».

«Hicimos lo que quisimos. Llegamos a la isla, pusimos nuestra bandera y, aunque desgraciadamente fueron detenidos, es algo que ya habíamos previsto», añadió durante la entrevista telefónica.


El conflicto comenzó cuando el grupo partió del puerto de Hong Kong el domingo en un pesquero con destino a las islas, a las que llegó el miércoles.

El simbólico desembarco, destinado a reclamar la soberanía china del pequeño archipiélago que Tokio conoce como Senkaku, se llevó a cabo el día en que se cumplía el 67 aniversario de la rendición nipona en la II Guerra Mundial, que dejó abiertas disputas territoriales como la de las Diaoyu.


Allí los activistas fueron detenidos por la Guardia Costera nipona y la policía provincial de Okinawa, algo que China enseguida tachó de «ilegal».

«Es positivo para China. Podemos estar seguros de que las islas serán nuestras con el tiempo», añadió Orwah, que enfatizó que el gesto es señal de la «unidad» entre todos los chinos, ya sean de la China continental, Taiwán o Hong Kong.

Por lo tanto, aseveró que planean una nueva operación «tan pronto nos sea posible», y negó tajantemente que su motivación, más allá de la nacionalista, sean los ricos recursos que albergan las Diaoyu.

«No. Sabemos lo que hay allí, pero esperamos que nunca se explote. Eso supondría un gran daño para el medio ambiente», zanjó.

El mismo ímpetu nacionalista mantuvo hoy algunas protestas -aunque poco numerosas- que han tenido lugar en distintos puntos de china, como Shanghái, Tsingtao (este) o Pekín, frente a consulados y Embajada nipones desde el miércoles. (EFE)

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