Gigante japonés recuperó el liderazgo mundial en la primera mitad del año
El gigante nipón Toyota Motor planea revisar al alza su objetivo mundial de ventas de vehículos en 2012 desde las 8,58 millones de unidades actuales hasta los 8,8 millones, informó la agencia local Kyodo.
Un portavoz de Toyota, que el próximo viernes publicará sus resultados trimestrales, señaló a Efe que el grupo está «considerando un nuevo plan de ventas», aunque sin confirmar las cifras adelantadas por Kyodo.
El incremento en el objetivo de ventas de la empresa reflejaría la mejora en los países emergentes de los números de Toyota, que también podría revisar al alza de su objetivo de producción mundial, actualmente en los 8,65 millones de unidades, según Kyodo.
La agencia añade que Toyota prevé incrementar el objetivo de ventas de sus filiales Daihatsu Motor y Hino Motors hasta las 10 millones de unidades, desde los actuales 9,58 millones de vehículos.
La semana pasada Toyota Motor se convirtió en el primer vendedor mundial de coches en la primera mitad del año, de enero a junio, con 4,97 millones de unidades comercializadas.
Con este volumen de ventas, el mayor registrado nunca por Toyota en seis meses, el fabricante se situó como líder mundial en ventas en la primera mitad de 2012, después de que en 2011 perdiese el «trono» al quedar por detrás de la estadounidense General Motors (GM) y la alemana Volkswagen.
Con un nuevo objetivo de ventas, la compañía de Aichi (centro) esperaría recuperar el liderazgo mundial, después de mostrar una fuerte recuperación del terremoto y tsunami que arrasó el noreste nipón el 11 de marzo de 2011 y las inundaciones en Tailandia.
El plan original de Toyota para 2012 comprendía inicialmente la venta de 8,48 millones de unidades en todo el mundo, lo que implica superar el récord de ventas de 2007, cuando colocó 8,43 millones de vehículos, aunque en enero revisó al alza su objetivo en 100.000 unidades más por la renovación del programa de subvenciones del sector en Japón.
No obstante, las previsiones de Toyota de cara a la segunda mitad del año continúan siendo una incógnita debido a la deteriorada situación de la crisis de deuda en Europa, su posible contagio a Norteamérica, China y los países emergentes, y la fortaleza del yen con respecto al euro y el dólar. (EFE)