La Fiscalía de Manhattan (EE.UU.) presentó hoy cargos por asesinato en segundo grado contra el puertorriqueño Pedro Hernández por la muerte del niño Etan Patz, quien desapareció el 25 de mayo de 1979 en Nueva York, en un caso que conmovió durante años a la sociedad estadounidense.
«Pedro Hernández ha sido acusado hoy por el asesinato de Etan Patz, pero esto es sólo el comienzo del proceso legal, no el final», afirmó el fiscal de Manhattan, Cyrus Vance, después de presentarse los cargos contra el acusado.
Un portavoz de la Fiscalía detalló a Efe que Hernández, de 51 años, escuchó los delitos que le imputan a través de un circuito cerrado de televisión desde el hospital donde se encuentra detenido y bajo vigilancia en la unidad de suicidios.
El acusado, residente en el vecino estado de Nueva Jersey y que, según las autoridades, confesó a la policía haber estrangulado al niño hace 33 años, se enfrenta a un mínimo de 25 años de cárcel y una pena máxima de cadena perpetua en caso de que finalmente sea encontrado culpable.
Una vez presentados los cargos por la oficina del fiscal Vance, el caso pasará a un gran jurado que deberá determinar si confirma, retira o amplía las acusaciones contra Hernández, según explicó el mismo portavoz.
El fiscal Vance, que agradeció a la Policía de Nueva York y el FBI su «perseverancia» en las últimas tres décadas, añadió que ahora queda por delante «mucho trabajo de investigación» que se llevará a cabo de forma «medida y cuidadosa».
Según los documentos presentados hoy por la Fiscalía, Hernández está acusado de haber estrangulado en el sótano de un edificio del barrio neoyorquino de SoHo al pequeño Etan Patz, que tenía seis años en el momento de su desaparición, el 25 de mayo de 1979.
Hernández fue detenido el pasado miércoles en el estado de Nueva Jersey, donde residía actualmente junto a su esposa y su hija, y permaneció bajo custodia policial hasta hoy, cuando fue trasladado al centro hospitalario Bellevue de Nueva York.
El pequeño desapareció hace exactamente 33 años tras salir por primera vez solo de su casa a primera hora de la mañana para ir a la parada de autobús que le tendría que haber llevado al colegio.
Hernández describió a los investigadores que engañó al niño con la promesa de un refresco para conducirlo al sótano de la bodega donde trabajaba y que, una vez allí, lo estranguló, metió el cuerpo en una bolsa y dejó los restos junto a unas bolsas de basura.
El caso fue reabierto en 2010 pero fue hace un mes cuando comenzaron a centrarse las sospechas en Hernández después de que la Brigada de Personas Desaparecidas recibiera el aviso de alguien que había escuchado contar que había matado a un niño.
El FBI no encontró restos óseos del menor cuando rastrearon el pasado abril un edificio en el barrio del SoHo, una búsqueda que levantó una gran expectación y que puso sobre aviso a los familiares a los que Hernández había referido su crimen.
La desaparición de Patz, uno de los primeros menores cuya imagen apareció impresa en cartones de leche por todo EE.UU., conmocionó durante años a la opinión pública y en 1983 el presidente Ronald Reagan declaró el 25 de mayo «Día Nacional de Niños Desaparecidos».
Hasta ahora, el principal sospechoso había sido José Ramos, que en la actualidad cumple condena en una cárcel de Pensilvania por abusar de otro niño y contra quien nunca llegaron a presentarse cargos por falta de pruebas.