Dotcom, en apuros con la justicia tras hacerse millonario con MegaUpload

Kim Schmitz

El fundador de MegaUpload, Kim Schmitz o Dotcom, acusado por Estados Unidos de dirigir el mayor portal de piratería informática desde Nueva Zelanda donde está detenido, es descrito como un millonario extravagante.


Schmitz, alemán de nacimiento y que desde hace un año tiene carta de residencia en este país oceánico del que ha surgido algún que otro habilidoso «hacker», es conocido por Kim Dotcom, Kimble o Kim Jim Vestor, sus alias preferidos.

Kim Schmitz

A sus 37 años, Kit Dotcom está incluido por la prensa local en el grupo de diez personas más ricas de Nueva Zelanda y considerado un apasionado de los coches de lujo, las mujeres y de las mansiones.

Ese entusiasmo por las villas suntuosas impulsó al emprendedor Dotcom a intentar adquirir sin éxito y por 25 millones de dólares, la vivienda de Coatesville que al final alquiló para resarcirse de la desilusión que sufrió al no poder comprarla a causa de las trabas que le puso la Administración neozelandesa.


Poco dado a relacionarse con extraños, Dotcom solía salir poco de su mansión de las afueras de Auckland y cuando lo hacia era con escolta y en alguno de los lujosos automóviles que colecciona, desde un Rolls Royce descapotable a un Cadillac de 1950 de color rosa.

A pesar de la decepción, Dotcom invirtió después unos 8 millones de dólares en la adquisición de bonos del Tesoro y, según la prensa, donó una cantidad indeterminada de dinero para asistir a los damnificados por el terremoto que sacudió Christchurch en febrero de 2011.

Al fundador de MegaUpload, Megavideo y Megalive, filiales de su grupo Megaworld con sede en Hong Kong, le ha gustado rodearse en sus apariciones públicas de bellas modelos contratadas y jugar al golf en los verdes campos de Nueva Zelanda, país que para él es «un raro paraíso en la Tierra».


En 2001, siendo aún Schmitz, gastó 375.000 dólares en la compra de acciones del portal de ventas en internet «LetsBuyIt» cuando este se encontraba al borde de la quiebra.

Y, tras anunciar una inversión de 50 millones de dólares, que no hizo, el precio de las participaciones subieron como la espuma, tanto que al venderlas se embolsó por estas 1,5 millones de dólares (1,16).


Por el negocio fraudulento, fue detenido en Tailandia, deportado a Alemania y condenado a 20 meses de cárcel y una multa de 100.000 euros (129.000 dólares).

Dotcom, para quien un tribunal de Auckland ha decretado prisión preventiva a pesar de que sostiene que no tiene «nada que ocultar», afronta una pena de hasta 55 años de cárcel en el caso de que sea deportado a Estados Unidos y declarado culpable de los delitos que las autoridades de este país le imputan.

Para la justicia de Nueva Zelanda este no es el primer caso de piratería informática a gran escala, ya que, en 2008, juzgó a Owen Thor Walker, un joven «hacker» que fue acusado de ayudar a una red delictiva a infiltrarse en 1,3 millones de ordenadores de medio mundo.

Walker, quien por entonces tenía 18 años y sufría el síndrome de Asperger, una forma leve de autismo, se declaró culpable de desarrollar el virus con el que en la red robó unos 20 millones de dólares de cuentas bancarias, pero el tribunal retiró los cargos y fue puesto en libertad.


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