Se acabaron las vacaciones de verano. Por fin! Los chicos vuelven a la escuela y yo no sé si es por la nostalgia de los días soleados con arena y mar o por los trajines del paso de la edad, que me siento completamente agotada.
Unas vacaciones como tantas otras, con la diferencia que en este verano tuve muchísimo (y aún lo tengo) trabajo extra y que después de 15 años, ocurriera la jubilación oficial de mi aire acondicionado cuando afuera estábamos a 36 grados. Si bien es cierto el verano es una estación que me encanta, también es una estación que más me cansa.
Primero, los chicos en casa.
Adoro a mis hijos, pero la madre que no se cansa en vacaciones, creo que es de otro planeta. Pensar en cocinar todo el día. Acabar el desayuno y ya ir por el almuerzo, y dejar la cena semi lista para no estar haciendo maratones a la vuelta del trabajo. Bolsas de golosinas, vasos en la mesa las 24 horas del día y un cesto de ropa sucia que cada día se parecía mas a una fiel maqueta del Himalaya. Y que ir al cine, llevarlos a la playa, antojos de chucherías y raspadillas, comprar zapatos de verano nuevos porque para nuestra alegría, los hijos van creciendo. Ir con la familia y las amigas por que verano es sinónimo de salidas, discutir por las tareas veraniegas… y en este punto ya estaba yo con un dolor de cabeza, pero por todo el cuerpo multiplicado al cuadrado. Necesito un descanso! pensaba yo, cuando todavia pensaba….imposible! apenas íbamos a mitad de verano.
Y en pleno verano vivir sin aire acondicionado es para mí, un suicidio. Por lo menos, uno lo prende un par de horitas al día para que refresque algo. Un aire acondicionado malogrado significa llegar a casa y quedarte en la posición del desmayo y tratar de no mover ni las pestañas so peligro de que la temperatura de tu entorno aumente un grado. Así es que una cosa es ahorrar energía eléctrica, asi como ahorrar gas, el agua y hasta el último céntimo y otra muy distinta es morir en el intento.
Ni hablar. Salimos a comprar uno nuevo. Dijeron que lo instalarían para fines de agosto, jaja, casi lloro…Padre e hijo se pusieron manos a la obra hasta que llegó el momento del ansiado milagro. Switch ON. No funciona! Mi hija y yo decidimos no estallar en llanto porque mi marido tenía una cara de estar ingresando, por poco, en colapso. Al final funcionó.
Mientras, seguían los helados, caminatas, trabajo acumulado, comida balanceada para no engordar media tonelada y romperte los tímpanos con Lady Gaga todas las mañanas desde que te levantas…fin de agosto, acaban las vacaciones y los chicos vuelven a la escuela y a sus horas rutinarias.
Y yo ese día….no trabajé, ni lavé, ni cociné, ni fui al market, ni siquiera pensé…Se acabaron las vacaciones!, regresa un poco la tranquilidad por casa. Sin embargo, y a pesar de todo, ni yo misma lo comprendo, tengo nostalgia de verano.
Adios Verano….
Me tiré en la banca del parque bajo mi árbol preferido, mirando solo el cielo, esperando cada brisa para que las hojas me canten mientras bailan con el viento.
Be the first to comment