Un empate para creer

Copa América. Perú sorprendió haciendo tablas con Uruguay

Si antes del partido a los peruanos les hubieran preguntado si firmaban un empate con los uruguayos, sin duda habrían aceptado. Igualar con el cuarto mejor equipo del mundo es meritorio para un país que no asiste a una Copa del Mundo desde hace casi tres décadas.

Sin embargo, tras finalizar el encuentro, flotó la sensación de que el Perú pudo ganar. Dos oportunidades de gol en los últimos minutos –un remate de Juan Vargas que se fue casi rozando el poste y un cabezazo de Paolo Guerrero que con un poquito más de puntería hubiera acabado en el fondo del arco uruguayo– mostraron que ambicionar el triunfo no era descabellado.

Escasean los virtuosos en la selección peruana, pero cuando pone la pelota en el piso tiene capacidad para hilvanar jugadas sin enmarañarse en el intento. Sin embargo, abusó del pelotazo salido desde su arquero, Raúl Fernández, con destino a Paolo Guerrero, que tenía que batallar con Diego Lugano y Mauricio Victorino.

Es cierto, el gol peruano nació de un pase aéreo, pero no fue un balonazo lanzado sin ton ni son, sino una exquisita asistencia de Michael Guevara que Paolo tradujo en un golazo tras eludir a Fernando Muslera.

Y fue Guerrero el mejor del partido. Solo en trinchera enemiga, se dio maña para perforar el entramado uruguayo. No solo hizo el gol, también propició varios tiros libres y supo cuidar la pelota.

Vargas jugó solo 30 minutos, pero sus galopadas por la izquierda siempre culminaron en acciones de peligro.

Asimismo, sobresalieron Alberto Rodríguez y Santiago Acasiete, sólidos e implacables en el hostigamiento al trío atacante rival: Forlán-Suárez-Cavani.

Con Sergio Markarián al mando, el Perú es un equipo chico que no se achica. Consciente de sus limitaciones, sus aplicados defensores levantan un muro delante de su arco. Su prioridad es defender el cero. Sin embargo, esta selección no arruga, no renuncia a generar fútbol. Eso sí, si jugara más a ras del piso, olvidándose de los bombardeos que la retaguardia enemiga neutraliza fácilmente, sería un mejor equipo.

El Perú ocupa el fondo de la tabla en Sudamérica, pero aspira a engrosar la clase media de la región. Quizá la Copa América marque el inicio de su ascenso.