Anciano que sobrevivió al tsunami recuerda las últimas palabras de su esposa
Masaru Kumakawa, un sobreviviente de 73 años que reside en el pueblo de Namie, Fukushima, perdió a su esposa Yoko cuando el tsunami se la llevó.
Más de un mes después del desastre, aún espera encontrar el cuerpo de la mujer con la que compartió casi medio siglo de vida. La crisis desatada en la central nuclear impidió inicialmente su búsqueda.
Mientras aguarda noticias sobre su compañera, Kumakawa aún puede oír las palabras de agradecimiento que ella pronunció antes de que el tsunami la alejara de él.
«La ola negra se elevaba varias docenas de metros en el aire, y se vino abajo en un instante», recuerda. Tomó la mano de su esposa de 73 años y huyeron al segundo piso de su casa, pero el agua continuó creciendo. Aferrado a su esposa, apenas podía mantener la cabeza a flote. Estaba convencido de que ambos iban a morir.
“Gracias por todo”, le dijo él. Ella asintió con la cabeza y le contestó: “Gracias a ti por todo”.
«Vamos a decir juntos los nombres de nuestros tres nietos antes del final», dijo Kumakawa. De pronto, su casa comenzó a temblar y Yoko se hundió bajo el agua. Él intentó agarrarla desesperadamente, pero las olas la arrastraron lejos.
Cuando el tsunami amainó, la casa, que fue arrancada de sus cimientos, comenzó a flotar hacia el mar. Kumakawa se puso a salvo, mientras llamaba a gritos a su esposa.
Luego el anciano se trasladó a casa de un familiar en la misma prefectura de Fukushima, pero como la situación en la planta nuclear empeoró tuvo que mudarse nuevamente, esta vez a la casa de su hija mayor en Yokohama.
Kumakawa se siente frustrado porque no puede encontrar el cuerpo de su esposa. Su pueblo está a solo cinco kilómetros de la dañada planta nuclear.
El 14 de abril las búsquedas se reanudaron y Kumakawa volvió a Fukushima, donde pasa el día recorriendo morgues y otros sitios.
Si la búsqueda de las víctimas se cancela, él planea seguir indagando por su esposa por su cuenta.
Kumakawa recuerda cuando su esposa le dijo: «En nuestras bodas de oro, quiero ir a Nikko para ver las hojas de otoño». El anciano hará realidad su deseo. «Yo voy a ir allí en otoño, llevando sus cenizas», asegura.
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