Es la primera vez que el país asiático suspende la caza desde que la organización ecologista Sea Shepherd inició su campaña contra los balleneros.
Japón confirmó hoy viernes 18 que ha decidido suspender la actual temporada de caza de ballenas en la Antártida, que debía prolongarse hasta marzo, debido a las acciones de la organización ecologista Sea Shepherd contra su flota ballenera.
El ministro de Pesca nipón, Michihiko Kano, explicó en una rueda de prensa que la medida responde a la necesidad de «garantizar la seguridad» de la tripulación de los balleneros expuestos a las «continuas interferencias» de Sea Shepherd.
Kano, citado por la agencia local Kyodo, añadió que la flota regresará pronto a Japón, aunque evitó hacer comentarios sobre cuál será la postura nipona ante la temporada ballenera del próximo año.
Esta es la primera vez que Japón suspende su caza de ballenas, que realiza todos los años entre otoño y primavera con supuestos fines científicos, desde que Sea Shepherd comenzó su campaña contra los balleneros nipones en aguas de la Antártida, en 2005.
Para los ecologistas, la caza de cetáceos de Japón esconde motivos puramente comerciales.
La Agencia de Pesca de Japón informó este miércoles de que el ballenero Nisshin Maru, que procesa las capturas de otros tres arponeros nipones, había paralizado su actividad en aguas antárticas el 10 de febrero por seguridad a causa de las acciones de Sea Shepherd.
Este grupo ecologista ha tenido varios enfrentamientos con arponeros japoneses esta temporada, igual que en años anteriores, cuando sabotearon la pesca ballenera con prácticas como abordajes, lanzamiento de ácidos corrosivos o encadenamientos de sus activistas al ballenero.
La paralización temporal fue recibida con escepticismo por Sea Shepherd y el Gobierno de Australia, que el año pasado denunció a Japón ante el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya por esconder motivaciones comerciales en su caza de ballenas con supuestos fines científicos.
Las capturas anuales de la flota japonesa se han reducido paulatinamente y el año pasado sólo capturó 507 ballenas en la Antártida, cerca del 60 por ciento de su objetivo.
Para este ejercicio la cuota era de 850 mamíferos pero, según el Sea Shepherd, los barcos nipones apenas han podido capturar entre treinta y cien cetáceos, en la que supone la peor campaña de su historia. (EFE)
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