Residentes del lugar dicen que el brasileño pudo haber caído del último piso del llamado “Edificio de los suicidas”.
Por Osny Arashiro/International Press Digital
El cuerpo del brasileño Artur Jorge Candia Nishida, de 30 años de edad, fue encontrado alrededor de las 5.30 de la mañana del lunes 3 de enero en la rampa de la entrada del edificio donde residía, San Coporasu, en Hamamatsu (Shizuoka).
Según el informe de la policía de la región de Higashi Hamamatsu, el cuerpo presentaba fractura craneana y el cuello quebrado. La autoridad dijo que encontró huellas de zapatos en el piso 14 del edificio que coinciden con el calzado del fallecido, lo que refuerza la posibilidad de un suicidio.
El edificio San Coporasu, de 14 pisos y 152 departamentos, es administrado por el Koyo Hoken (Seguro de Desempleo) y sus residentes necesitan estar inscritos en ese tipo de seguro para tener acceso a una vivienda allí. El costo promedio del alquiler es de 60.000 yenes para un apartamento con dos cuartos.
Pero entre la comunidad brasileña, el lugar es más conocido como “el edificio de los suicidas” aunque sus residente no supieron explicar con exactitud por qué tiene esa fama. No obstante, algo debe haber ocurrido porque, para evitar tragedias, el edificio tiene mallas metálicas de protección a la altura del primer piso. De vez en cuando, se ven bolsas de basura que caen sobre ella desde los pisos superiores.
Un brasileño residente en el piso 11 del edificio, dijo que fue abordado por la policía la mañana del incidente. “Ellos querían interrogarnos, primero nos dijeron que estaban investigando un caso de satsujin jiken (asesinato). Después comentaron que se trataría de un suicidio. Nosotros no oímos nada porque estábamos durmiendo. Quedé asustado con lo ocurrido y decidí bajar. Habían más de diez carros patrulleros. La ambulancia ya se había llevado el cuerpo, pero el lugar donde cayó estaba cubierto con una lona aunque se podía ver la sangre”, dijo el brasileño a International Press Digital.
“No sé cuáles eran los problemas que él pasaba –continuó- pero el momento actual de crisis, de desempleo y falta de dinero quizá puede haber influenciado”.
Otro brasileño residente en piso 9, conocía al fallecido y contó que él había hecho amistad con un filipina madre de una niña. “Mi hijo estudia en el mismo shogakko que la hija de esa filipina y de vez en cuando yo veía a ese brasileño ahí. Nunca noté algo anormal en él, era tranquilo y nunca me imaginé que podía cometer esa tragedia”, dijo el hombre a IPC Digital. “Pero el suicidio tiene mucho que ver con el momento por el cual pasa la persona”, añadió.
“Reconozco que este edificio no tiene buena fama –acotó-. Antiguamente vivía mucha gente que causaba confusión, pero entre ellos también había japoneses. No sé por qué este edificio ganó esa fama de edificio de los suicidas, aunque escuché que una japonesa intentó suicidarse, pero que cayó en malla de protección y se salvó”.
“La malla necesita ser cambiada porque ha quedado torcida. Ese brasileño debe haber saltado desde el último piso porque en la caída traspasó la protección”, señaló finalmente.
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Be the first to comment