
La Policía Prefectural de Kanagawa ofreció este sábado 3 de mayo una explicación detallada sobre su manejo del caso de Ayahi Ozaki, una joven de 20 años hallada muerta en su domicilio en Kawasaki, y cuyo cuerpo fue «abandonado» dentro de un bolso de viaje por su expareja, Hideyuki Shirai, de 27 años.
La familia de la víctima ha denunciado que, a pesar de haber buscado ayuda ante situaciones de violencia y acoso, las autoridades no ofrecieron la protección necesaria. Sin embargo, la policía sostiene que “no tenía conocimiento de haber recibido una denuncia formal por acoso”. Esta respuesta ha sido calificada de exculpatoria ante la avalancha de críticas en su contra.
Según el resumen cronológico entregado por la policía, el caso tuvo múltiples antecedentes:
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El 13 de junio de 2024, Ayahi contactó a la policía tras una pelea con Shirai y manifestó su intención de terminar la relación. Fue resguardada en casa de su abuela.
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El 5 de julio, la joven indicó que ya se había separado definitivamente y que no existían más problemas.
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El 20 de septiembre, su padre denunció que Shirai la había golpeado y amenazado con un cuchillo. La policía recibió una denuncia por violencia, aunque un mes después la joven la retiró alegando haber exagerado los hechos.
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En los meses siguientes, la relación continuó entre rupturas, reconciliaciones y reportes ocasionales de incidentes, como el 30 de octubre, cuando su hermana denunció que Shirai la había sacado a la fuerza de casa. Ayahi luego desmintió esa versión.
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El 9 de diciembre, Ozaki llamó a la policía informando que Shirai merodeaba su casa. Pese a que se le recomendó acudir a la comisaría para detallar el hecho y considerar medidas, ella desistió y se negó a que se contactara a Shirai.
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Llamadas similares se repitieron los días 10, 11, 12, 16, 19 y 20 de diciembre, pero Ayahi reiteradamente minimizó los hechos o no prosiguió con denuncias formales. El 20 de diciembre, envió un mensaje a su abuela diciendo que “saldría un momento”, tras lo cual desapareció.
EL DESENLACE Y LA RESPUESTA POLICIAL
El 22 de diciembre, tras el hallazgo de una ventana rota en la vivienda de la joven, su abuela alertó a la policía. Aunque no se consideró inmediatamente como indicio de delito, comenzaron las búsquedas. El 23 de diciembre, la familia formalizó la denuncia por desaparición.
En los meses siguientes, la policía realizó pesquisas en la casa de Shirai en varias ocasiones, pero solo con su consentimiento, ya que no contaban con orden judicial. El 8 de abril, se confirmó que Shirai había abandonado el país.
Posteriormente, el 28 de abril, se solicitó una orden judicial para registrar su vivienda por sospechas de violación a la Ley de Regulación contra el Acoso. El 30 de abril, se realizó el allanamiento.
«NO SE MANIFESTÓ COMO VÍCTIMA DE ACOSO»
Durante la conferencia del 3 de mayo, la policía aclaró que en ninguna de las nueve llamadas realizadas por Ayahi se manifestó explícitamente como víctima de acoso ni expresó voluntad de proceder legalmente. En base a ello, no se emitieron advertencias formales ni se activaron medidas de protección.
También señalaron que la relación entre Ozaki y Shirai era intermitente, con repetidas reconciliaciones, lo cual dificultó evaluar el riesgo de manera clara. Recién en abril, al revisar el testimonio de Shirai indicando que había estado en la casa de Ozaki en fechas clave, se consideró que había base legal para aplicar la Ley Antiacoso.
Respecto a si la actuación policial fue adecuada, un portavoz dijo que se analizará todo el historial del caso para determinar si hubo fallas y qué medidas deben tomarse para evitar hechos similares. (RI/AG/IP/)
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