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La Guardia Costera de Taiwán ha interceptado y detenido un buque de carga chino que cortó un cable de comunicaciones submarino en la costa oeste de la isla. Este incidente marca la primera acción de este tipo desde que Taipei anunció medidas más estrictas contra la llamada «flota de la sombra» de China.
El barco, cuya tripulación estaba compuesta exclusivamente por ciudadanos chinos, fue abordado por las autoridades taiwanesas, quienes confirmaron que la embarcación pertenece a China. Tras la detención, el buque y su tripulación fueron trasladados a puerto, y el caso ha sido remitido a la fiscalía para una investigación más profunda.
El corte de cables submarinos no es un hecho aislado. En los últimos meses, se han registrado múltiples daños en infraestructuras submarinas tanto en Taiwán como en el mar Báltico. En noviembre de 2024, un granelero chino pasó sobre dos cables de datos en la región casi al mismo tiempo que fueron cortados, lo que levantó sospechas de sabotaje deliberado.
Tras un incidente en enero que afectó otro cable submarino, Taipei endureció los controles sobre los barcos chinos y elaboró una lista negra de embarcaciones sospechosas, las cuales serán objeto de una vigilancia más estricta.
El problema de los daños a cables submarinos no se limita a Taiwán. En Suecia, recientemente se abrió una investigación tras la detección de un nuevo daño en un cable de comunicaciones en el mar Báltico, cerca de la estratégica isla de Gotland.
La preocupación por la seguridad de estas infraestructuras críticas ha llevado a la Unión Europea a destinar casi 1.000 millones de euros para proteger los cables submarinos, fundamentales para la seguridad digital y energética de la región. (RI/AG/IP/)
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