Cada invierno, el hielo flotante en la costa de Abashiri, en la isla de Hokkaido, se convierte en un atractivo turístico. Sin embargo, este año, la presencia de turistas caminando sobre el hielo ha alarmado a los residentes y autoridades. A pesar de las advertencias en japonés, inglés y chino, muchas personas ignoran el peligro y se aventuran sobre el hielo frágil, corriendo el riesgo de caer en aguas gélidas y morir en cuestión de minutos.
En la zona, se pueden ver carteles que advierten: «No suba al hielo flotante. Es extremadamente peligroso». Sin embargo, los rastros en la nieve muestran que muchos visitantes han caminado sobre el hielo, sin darse cuenta de que más allá de ciertos puntos ya no hay arena debajo, sino el mar.
El fenómeno del hielo flotante en el mar de Ojotsk se ha visto gravemente afectado por las altas temperaturas y las corrientes cálidas del mar de Japón. Este año, la cantidad de hielo ha sido la más baja en la historia reciente, y su grosor es mucho menor al habitual.
Según declaró a Fuji TV, Kazutaka Tateyama, profesor asociado de la Universidad de Kitami, en muchos sectores el hielo solo tiene entre 10 y 20 cm de espesor, el equivalente a la altura de un teléfono móvil. «El hielo de este grosor no es seguro para caminar. Es extremadamente peligroso», advirtió Tateyama.
RIESGO DE MUERTE ES MUY ALTO
La Guardia Costera de Abashiri también emitió una advertencia sobre los peligros de caer en el agua helada. «Si alguien cae al mar, la temperatura del agua es tan baja que en cuestión de minutos desarrollará hipotermia y podría morir en menos de una hora», explicó un oficial.
A pesar de las advertencias, siguen apareciendo turistas temerarios. Incluso se ha visto familias con niños pequeños caminando a varios metros de la costa, ignorando el riesgo de que el hielo puede romperse en cualquier momento.
SE IGNORAN LAS ADVERTENCIAS
Residentes locales han tomado la iniciativa de advertir a los visitantes. «¡Regresen, más adelante ya no hay tierra, solo mar! ¡Si caen ahí, nadie podrá rescatarlos!», gritó un habitante a un grupo de turistas que se alejaban peligrosamente mar adentro.
Uno de los turistas, al ser entrevistado, reconoció el peligro. «Nunca había visto un paisaje así, me pareció impresionante, pero al mismo tiempo daba miedo. Los residentes tienen razón, hay que tener más cuidado», comentó.
A pesar de los esfuerzos por advertir a los visitantes, la imprudencia sigue poniendo en riesgo vidas cada día. (RI/AG/IP/)
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