Este año, Japón alcanza un punto crucial en su transformación demográfica. Todos los nacidos al inicio de la «generación del baby boom» (1947-1949) han superado los 75 años, ingresando al grupo denominado «koki koreisha» (后期高齢者) o adulto mayor en etapa avanzada.
Según el Instituto Nacional de Seguridad Social y Problemas Demográficos, más de 21,54 millones de personas, equivalentes a uno de cada cinco ciudadanos, forman parte de este segmento de la población.
El envejecimiento acelerado plantea desafíos críticos conocidos como el «problema 2025». Este término alude a la creciente demanda de servicios médicos y asistenciales que amenazan con sobrecargar los sistemas existentes. Una de las medidas prioritarias para abordar esta situación es fortalecer la atención médica domiciliaria, que ya se perfila como una solución clave.
El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar está trabajando para expandir las infraestructuras necesarias y garantizar que las personas mayores puedan recibir atención médica en sus hogares, incluida la visita regular de médicos.
En paralelo, se están evaluando ajustes al sistema de seguro de cuidado a largo plazo. Entre las propuestas se encuentra incrementar la contribución económica de los usuarios al acceder a los servicios, así como transferir ciertos programas de apoyo a personas con dependencia leve (grados 1 y 2) a las administraciones municipales.
El Ministerio planea tomar decisiones al respecto hacia finales de este año, considerando las implicaciones para la sostenibilidad del sistema y el impacto en los servicios locales. (International Press)
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