El accidente aéreo ocurrido este domingo en el aeropuerto internacional de Muan, en Corea del Sur, ha vuelto a poner en el foco de atención un fenómeno recurrente y potencialmente catastrófico en la aviación: los «choques con aves». Según las investigaciones preliminares de la autoridad coreana, el siniestro podría haber sido causado por aves que colisionaron con el motor del avión.
El choque con aves suele ocurrir cuando la enorme potencia de los motores de los aviones comerciales las arrastra hacia las turbinas o cuando se estrellan contra el fuselaje de la nave, especialmente durante las maniobras de despegue y aterrizaje. Cuanto mayor sea el tamaño del ave, mayor será el daño potencial, que puede provocar desde una avería en el motor hasta su paralización completa, con consecuencias devastadoras.
Los «choques con aves» han provocado varios accidentes graves a nivel mundial. En 1960, un avión de Eastern Airlines se estrelló tras chocar con una bandada de estorninos europeos poco después de despegar del aeropuerto Logan de Boston, causando la muerte de 62 personas. Más recientemente, en 2009, un Airbus A320 tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en el río Hudson, en Nueva York, después de que ambas turbinas fallaron debido al impacto con una bandada de gansos canadienses.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN
Para minimizar los riesgos, los aeropuertos de todo el mundo han implementado medidas de prevención, que incluyen patrullajes específicos para ahuyentar aves mediante disparos de fogueo o ruidos emitidos por altavoces. Además, se eliminan fuentes de alimento para las aves, como insectos, en las inmediaciones de los aeropuertos. Los fabricantes de aeronaves también han reforzado la resistencia de los motores para soportar mejor estos impactos.
Sin embargo, prevenir este tipo de accidentes sigue siendo un desafío. Las maniobras de despegue y aterrizaje son particularmente críticas, ya que las aves no siempre tienen tiempo suficiente para reaccionar al acercamiento de los aviones. Además, la diversidad de especies y comportamientos dificulta la implementación de soluciones universales.
En Japón, el Ministerio de Transporte organiza anualmente reuniones con expertos y representantes del sector aéreo para analizar la situación y actualizar las estrategias de mitigación. A pesar de estos esfuerzos, el riesgo asociado a los «choques con aves» persiste como una preocupación importante en la seguridad de la aviación global. (RI/AG/IP/)
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