
La Municipalidad de Kioto ha tomado una medida inusual al declarar un «estado de emergencia» debido a la falta de conductores de autobuses, una situación que amenaza con afectar directamente la vida diaria de los residentes. Según el Departamento de Transporte de la ciudad, actualmente hay un déficit de 50 conductores para completar los 880 necesarios para mantener los horarios y rutas actuales. Este problema se ve agravado por la próxima jubilación anual, en marzo de 2025, de unos 50 conductores más.
La raíz del problema se encuentra en la entrada en vigor en abril de una reforma laboral destinada a limitar las horas extras, conocida como el «Problema del 2024». Esto ha añadido presión a un sector ya sobrecargado. En respuesta, el Departamento de Transporte lanzó una campaña de reclutamiento en julio con el objetivo de contratar a 70 nuevos conductores, pero solo recibió 47 solicitudes, lo que llevó a declarar el estado de emergencia en septiembre.
En un esfuerzo por atraer más postulantes, se han introducido incentivos destacados en la nueva campaña de contratación, como la posibilidad de obtener un ingreso anual cercano a los 10 millones de yenes (aproximadamente 65.000 dólares) y una tasa de adquisición de días libres cercana al 100 %. Estas condiciones han resultado efectivas, ya que, hasta noviembre, se recibieron 158 solicitudes, más del doble de las plazas disponibles.

A pesar del aumento en el interés por los puestos, las dificultades estructurales persisten. El trabajo como conductor de autobús en Kioto no solo implica largas horas, sino también la presión adicional de gestionar la creciente afluencia de turistas. Un conductor en la cuarentena lamentó que sus turnos de trabajo hayan prácticamente duplicado la carga laboral mensual en comparación con hace diez años, especialmente durante las temporadas altas de turismo. «Es un trabajo gratificante, pero el estrés mental y físico ha aumentado considerablemente», afirmó.
El Departamento de Transporte ha implementado medidas para mejorar las condiciones laborales, como la creación de instalaciones exclusivas para mujeres en las estaciones y la promoción de una semana laboral de cinco días. Sin embargo, estas iniciativas enfrentan limitaciones debido al continuo aumento del turismo en la ciudad.
IMPACTO EN EL SECTOR PRIVADO
La escasez de conductores no solo afecta a los autobuses municipales. Empresas privadas como Kyoto Bus han reducido alrededor del 10 % de sus servicios y adelantado el horario del último autobús del día. En áreas rurales del norte de Kioto, operadores como Tango Kai Riku Kotsu han optado por eliminar rutas de manera gradual, citando la falta de personal como el principal motivo.
El director del Departamento de Transporte, Nobuyuki Kitamura, subrayó en una rueda de prensa que la declaración de emergencia no significa la intención de reducir servicios, sino de concienciar sobre la gravedad de la situación y atraer a más conductores. “Seguiremos trabajando para mejorar las condiciones laborales y garantizar la continuidad de un servicio esencial para la ciudadanía”, afirmó. (RI/AG/IP/)
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