Kozo Iizuka, exdirector del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial de Japón y condenado por el trágico accidente ocurrido en Ikebukuro en 2019, falleció a los 93 años debido a causas naturales. Según fuentes cercanas al caso citadas por la agencia Jiji, el deceso ocurrió el 26 de octubre mientras cumplía una condena de cinco años de prisión.
El 19 de abril de 2019, Iizuka conducía un vehículo que ignoró un semáforo en rojo, provocando un atropello masivo en un cruce de Ikebukuro, Tokio. El siniestro resultó en la muerte de Mana Matsunaga, de 31 años, y su hija de 3 años, Riko. Además, otras nueve personas sufrieron heridas de diversa gravedad.
El accidente generó un amplio debate en Japón sobre la conducción en edades avanzadas, ya que Iizuka tenía 87 años en el momento del incidente. Durante el juicio, el exfuncionario argumentó que el accidente se debió a un fallo mecánico en el coche, una afirmación que fue rechazada, tras un peritaje, por los tribunales que lo declararon culpable de homicidio imprudente.
Takuya Matsunaga, esposo y padre de las víctimas, expresó su sentir a través de la red social X. «Rezo por su descanso eterno», escribió. «Aunque en el fondo me gustaría que en el cielo pudiera encontrarse con Mana y Riko y disculparse con ellas, el hecho de que falleciera en prisión también me genera un sentimiento de tristeza», añadió.
El testimonio de Matsunaga durante el proceso judicial fue fundamental para visibilizar el impacto del accidente en las víctimas y sus familias, y su lucha por evitar que tragedias similares se repitan marcó un hito en los esfuerzos por concienciar sobre la seguridad vial en Japón. (RI/AG/IP/)
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