En una final memorable de los Juegos Paralímpicos de París 2024, el joven japonés Kaito Oda se consagró campeón en la modalidad de tenis en silla de ruedas, derrotando al británico Alfie Hewett, número uno del mundo, por 2-1 (6-2, 4-6, 7-5). El duelo, disputado en el icónico Roland Garros, dejó imágenes imborrables de deportividad y respeto entre ambos jugadores, marcando un hito en la historia de los Paralímpicos.
El encuentro comenzó con Oda, número dos del mundo, imponiéndose en el primer set con solidez, pero Hewett respondió en el segundo para igualar el marcador. En el set decisivo, Hewett llegó a tener una oportunidad de campeonato con 5-3 a su favor, pero Oda logró resistir y remontar con una racha de cuatro juegos consecutivos, culminando con su victoria y obteniendo el oro en su debut paralímpico, a tan solo 18 años.
El emocionante desenlace no solo quedó marcado por la calidad del tenis, sino por un gesto de gran deportividad. Tras el último punto, Oda cayó al suelo exhausto y emocionado. Hewett, a pesar de la derrota, se acercó a recoger una de las ruedas de la silla de Oda y, con lágrimas en los ojos, abrazó al joven campeón, mostrándole su respeto y reconocimiento.
«Perdí, pero puedo estar orgulloso. Hemos brindado un espectáculo increíble. Le dije a Oda que lo que hizo hoy quedará en la historia», declaró el británico tras el partido.
Con 26 años, Hewett ha conseguido títulos en los cuatro Grand Slams (Australia, Roland Garros, Wimbledon y el Abierto de EEUU), y ha ganado la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Río 2016. Sin embargo, su sueño de lograr el Golden Slam paralímpico, que incluye victorias en los cuatro grandes y el oro paralímpico, deberá esperar.
El gesto de Hewett, alabado por muchos, es una muestra más de la grandeza que envuelve al deporte. Este duelo no solo será recordado por la brillantez del juego, sino también por el espíritu de camaradería y respeto que se vivió en la pista de París. (RI/AG/IP/)