Una ballena de 15 metros de largo y 38 toneladas de peso murió el 13 de enero en la bahía de Osaka.
6 días después, fue enterrado en el mar, a unos 130 kilómetros de la costa.
El municipio gastó 80,19 millones de yenes (511.000 dólares) en el entierro.
Esta semana, una asociación cívica presentó una demanda contra el alcalde de Osaka, Hideyuki Yokoyama, para que se devuelva el monto señalado, informa Asahi Shimbun.
Los demandantes sostienen que el alcalde debe gestionar que la empresa que enterró al animal y los funcionarios municipales que negociaron el acuerdo con ella devuelvan el dinero.
El monto gastado supera en más del doble la estimación inicial de la ciudad.
La empresa propuso inicialmente la suma de 86,25 millones de yenes (549.000 dólares) para encargarse del entierro.
Osaka presentó su propia estimación: 37,74 millones de yenes (240.000 dólares).
Hubo una negociación entre las partes y finalmente se acordó el monto de 80,19 millones de yenes, mucho más cerca de lo pedido por la compañía, que fue elegida sin el proceso de licitación habitual.
Según la ciudad, había prisa por llegar a un acuerdo para actuar antes de que el cadáver se descompusiera.
La asociación cívica, sin embargo, afirma que el contrato es ilegal.
Un funcionario de puertos -dice- envió correos electrónicos a sus colegas para presionarlos con el fin de que inflaran la cifra de la ciudad para que coincidiera con la propuesta por la empresa.
Más adelante se podría inventar una justificación para la elevación de la suma, dijo el empleado municipal, según los demandantes.
Además, el funcionario cenó con un representante de la empresa durante el período de negociación, algo que la ciudad prohíbe por posible conflicto de intereses.
En abril, el comité de auditoría de la ciudad, por pedido de los residentes, exhortó al alcalde a investigar el asunto.
Existen fuertes sospechas de que la ciudad negoció con la empresa una cifra ya predeterminada.
El alcalde anunció entonces que formaría un equipo de investigación externo. (International Press)