La baja tolerancia a la frustración en niños y adolescentes, por María Kobayashi

María Kobayashi

No es un secreto para nadie que las últimas generaciones tienen en general una baja tolerancia a la frustración (BTF), múltiples investigaciones en el campo sustentan este postulado, por ello, me parece importante enfatizar que debemos entender como padres que la niñez es una etapa fundamental en la vida del ser humano, aprender a tolerar la frustración en edades tempranas permite que el niño vaya integrando y afronte de manera paulatina y positivamente los desafíos y retos que se presentan en su vida.

Hay algunas preguntas que todos los padres/madres deberíamos hacernos, por ejemplo, ¿Sabes cuál es la personalidad y carácter de cada uno de tus hijos? ¿Ellos pueden identificar sus propias emociones? ¿Están desarrollado su autoconciencia y autoconocimiento? ¿Cómo es la atmosfera familiar en casa? 


Por último, pero no menos importante ¿Cuál es tu estilo parental?, sí es un estilo autoritario, generará frustración constante en tus hijos los cuales acumularán mucho rencor hacia sus padres, por otro lado, si tienen un estilo parental sobreprotector, los llevarás al otro extremo, “cero” tolerancia a la frustración y en consecuencia llegarán a la edad adulta sintiéndose mal cada vez que algo no salga como desean.

Lo recomendado es un estilo parental democrático en donde el adulto es quien pone límites claros y firmes y promueve en gran medida el diálogo sobre temas superficiales.

Es importante entender que durante la etapa infantil la naturaleza del niño es egocéntrica, suele pensar que todo gira alrededor de él y que puede conseguir lo que desea en el momento que lo quiera, no les gusta esperar porque no tienen desarrollado el concepto del tiempo ni tampoco la capacidad de pensar en los deseos y necesidades de los demás. Por ello, es fundamental comenzar a enseñarles desde pequeños a tolerar la frustración negando algunas cosas que desean y enseñándoles a esperar por el objeto deseado.


 

Enseñando a tolerar la frustración.

Por ejemplo, si tu hijo desea un chocolate le puedes decir: “después del almuerzo”. Entonces imagina que empieza hacer su rabieta, en ese momento es bueno dejarlo rabiar y decir: «veo que estás enojado, te acompañaré en silencio hasta que se pase tu enojo y luego conversaremos cuando estés más tranquilo». Si le gritas, o lastimas de alguna otra manera, te sentirás culpable y terminarás dándole el chocolate o compensándolo de otra forma, entonces el niño habrá aprendido que con sus rabietas consigue lo que quiere y esto se repetirá una y otra vez.

A medida que van pasando los años se van haciendo más grandes, aquí van apareciendo situaciones más complejas. ¿Cómo les ayudamos a ser más tolerantes a la frustración?


Imagínense que un día han salido con su menor de casa a un AEON MALL (Creo es un buen ejemplo ya que hay en todo Japón) y ve algo que le gusta y que no habían planeado comprarlo, te dice que se lo compres o sino lo comprará con su propina. En ese momento ayudaría muchísimo, para lo que queremos, que podamos persuadirlos para que lo piense hasta el día siguiente y, si aún lo quiere, prometerle que volverán a la tienda. Después de 24 horas es muy posible que cambien de opinión y no quiera comprar más aquel artículo. Este ejercicio aparentemente sencillo puede ayudarlos a gestionar su impulsividad, impaciencia y frustración.

Vivimos en la cultura del tener y por alguna razón se ha dejado de lado la satisfacción que genera el ganarse las cosas, permisos o privilegios. Padres de familia no fíen, procuren que sus hijos, se lo ganen primero.


Otro ejemplo, Si no hace sus tareas, llega tarde a la escuela y no limpia su habitación, llega el fin de semana y quiere salir con los amigos y te dice que después limpia ¿Qué harás? … No tengas miedo a decidir NO.

La crianza de sus hijos es responsabilidad de cada uno, pero en una familia biparental, donde hay padre y madre es muy importante que ambos puedan ponerse de acuerdo sobre el estilo parental con el que van a criar o están criando a sus hijos. Si los padres no se pueden poner de acuerdo entonces hay un gran problema por resolver antes de ver qué sucede con los chicos.

María Kobayashi
Licenciada en Psicología
Posgrado en Terapia Racional Emotiva Conductual
Psicoterapeuta Gestalt
WhatsApp: +81 9061052358 

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