El 17 de agosto, un hombre de 41 años que trabajaba para la empresa Nihon Rinsho recogiendo pruebas de coronavirus de instituciones médicas para ser analizadas se suicidó.
Su viuda ha demandado a la compañía de pruebas médicas ante el Tribunal de Distrito de Kioto.
La mujer, que sostiene que su esposo contrajo depresión y se quitó la vida por exceso de trabajo, exige una reparación de 112 millones de yenes (721.000 dólares).
La carga de trabajo del hombre aumentó de manera ostensible durante la primavera de 2020.
Desde mediados de mayo hasta mediados de junio, trabajó 84 horas extra, 61 más que en el periodo anterior.
Entre el 14 de julio y el 12 de agosto, hizo alrededor de 98 horas extra.
La Oficina de Inspección de Normas Laborales en Osaka, donde trabajaba el hombre, atribuyó su suicidio a la depresión que padecía debido a las largas jornadas de trabajo.
El hombre solía regresar del trabajo alrededor de las 2 de la madrugada e incluso durante los días festivos trabajaba en su computadora desde casa, según la viuda.
El equipo legal de la viuda acusa a la empresa de no tomar medidas para reducir la carga laboral del suicida, así como de no proteger la salud física y mental de su empleado.
“Mi mente se quedó en blanco por el shock y la tristeza, y pensé que el trabajo le había quitado la vida a mi esposo”, dijo la mujer tras presentar la demanda.
La viuda espera que la empresa asuma su responsabilidad y ofrezca disculpas.
La compañía se ha abstenido de comentar el caso arguyendo que aún no ha recibido la demanda. (International Press)