La princesa Aiko egresó el mes pasado de la Universidad de Gakushuin, donde estudió literatura japonesa.
A diferencia de su padre, el emperador Naruhito, que realizó estudios de posgrado, ella, recién graduada, buscó trabajar rápido y eligió la Cruz Roja.
En una declaración distribuida a los medios japoneses, entre ellos Kyodo, la princesa de 22 años dijo que estaba familiarizada con la organización por las actividades que esta hacía con sus padres y que le atraía porque “contribuye directamente a la sociedad”.
Sus padres apoyaron su deseo de trabajar en la Cruz Roja, contó. Un empleo que persiguió para “ayudar a quienes enfrentan diversas dificultades en la vida”.
Aiko comenzó a trabajar en la sede de la Cruz Roja en el distrito de Minato, Tokio, el lunes.
En su declaración, la joven también compartió su visión del matrimonio.
“La relación ideal es aquella en la que los dos pueden estar juntos y hacerse sonreír mutuamente”, dijo. “Una relación como la de mis padres, en la que se cuidan mutuamente, es maravillosa”, añadió.
Aiko también hizo alusión a sus deberes oficiales como miembro de la familia imperial japonesa.
La princesa manifestó su intención de equilibrar ambas tareas.
El papel de la familia imperial es “cumplir con sus deberes compartiendo las alegrías y las tristezas del pueblo”, señaló, labor en la que -aseguró- se comprometerá “seriamente”. (International Press)
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