Japonesa de 86 años no será desalojada: tribunal falla a favor de la inquilina por salud mental

Tribunal de Distrito de Osaka (Fuji TV)

Una mujer de 86 años vive sola en una vieja y adosada casa de madera (construida en 1941) en Osaka.

El dueño de la casa quiere demoler la vivienda para darle otro uso al espacio, pero la inquilina se niega a abandonar el lugar donde ha pasado la mayor parte de su vida.


Asahi Shimbun relata la historia de una disputa que ha llegado a los tribunales con victoria -parcial- para la anciana.

Hace unos 30 años dos familias que vivían en el edificio aceptaron irse debido a la antigüedad de su estructura y hubo una demolición parcial.

Solo quedaron dos hogares ocupando el lugar: la anciana con su esposo y un vecino.


Hace unos años murió el vecino y luego el esposo de la octogenaria. Es decir, la mujer es la última inquilina del lugar.

El propietario presentó una notificación de desalojo y el Tribunal de Distrito de Osaka recomendó a las dos partes que negociaran un acuerdo.

El dueño aceptó e incluso le ofreció un apartamento en un edificio cercano.


Está en el primer piso (ideal para las personas mayores) y tiene espacio suficiente para un jardín y un butsudan.

Además, ofreció a la anciana reducir el alquiler mensual de 63.000 yenes (432 dólares) fijado para ese apartamento a 36.000 yenes (246 dólares), para que pagara lo mismo que por la vieja casa.


La anciana rechazó la propuesta.

“He vivido en esta casa durante muchos años desde que era niña, con mis padres y mis hijos. Este es un hogar al que estoy profundamente apegada”, dijo.

“Me quedaré aquí hasta que muera”.

Así las cosas, el propietario decidió demandarla.

La ley estipula que un arrendador puede solicitar la rescisión de un contrato con un inquilino por un motivo legítimo.

El dueño alegó que la casa está demasiado deteriorada y es peligrosa, que los costos de reparación son demasiado altos y que la demolición permitiría un uso más beneficioso del terreno y sus alrededores, que también le pertenecen.

El demandante dijo que había intentado negociar con la anciana de buena fe y “con la máxima consideración por su situación de vida”.

La mujer replicó que la casa aún es habitable y que ha estado haciendo reparaciones por su cuenta.

El tribunal le preguntó si consideraría mudarse bajo ciertas condiciones o si sentía que debía quedarse a toda costa.

“Bueno, soy mayor, así que sería feliz si (el dueño) me dejara seguir viviendo aquí”, respondió.

Finalmente, el tribunal desestimó la demanda del propietario. Este, señaló, no tiene planes concretos de uso del espacio tras la demolición y, además, no necesita el dinero con urgencia.

Por otro lado, subrayó la importancia de que -por salud mental- las personas mayores vivan en lugares familiares.

Por su parte, el abogado de la mujer dijo de su clienta: “Ella ha estado viviendo aquí durante muchos años, comprando en su supermercado favorito y disfrutando de conversaciones con sus amigas del barrio. Su vida está bien establecida”.

El dueño ha apelado el fallo. (International Press)

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