Tsunami arrasó varias aldeas pesqueras de Suzu… «!Mi marido me gritó ¡corre!»

Efectos del tsunami en Suzu.

Una semana después del terremoto de la península de Noto, que alcanzó una intensidad máxima de 7, se ha hecho evidente la devastación causada por el derrumbe de edificios, deslizamientos de tierra y tsunamis, cobrándose la vida de muchas personas. Los sobrevivientes enfrentan una difícil situación en los refugios, lidiando con el frío intenso.

Fue un suceso repentino. El tsunami del 1 de enero barrió varias aldeas costeras de Suzu, en la península de Noto, en la prefectura de Ishikawa, como Jike Misaki machi, donde la ola pudo haber llegado a 4,5 metros, según las primeras investigaciones.


Mainichi reveló la historia de Tetsuji Hamamachi (54), el marido de Masako (54), con quien había escapado de su casa al anunciarse en tsunami. Una semana después no se sabe el paradero del hombre.  Él era pescador

El tranquilo Año Nuevo que pasaron con sus dos hijos y la madre de Tetsuji se vio abruptamente interrumpido por el violento terremoto. Después del sismo, sonó la alarma de tsunami. «¡Date prisa, corre!» fueron las palabras de Tetsuji al salir de la casa. Al huir, Masako notó que la mayoría de las casas de madera a su alrededor tenían el primer piso aplastado. Escapó corriendo por los techos, pero al mirar atrás, su marido ya no estaba.

Toshihiro Ichimachi (75), un vecino, vio a Tetsuji mientras escapaba. Tetsuji, arrastrando una pierna, se subió al techo de una casa derrumbada y se sentó allí mientras el tsunami inundaba el pueblo. «¡Tetsuji, corre!» gritó Ichimachi, pero luego fue arrastrado por la ola y no recuerda cómo logró sobrevivir.


El suegro de Masako, Shuji (89), fue encontrado muerto dos días después a 500 metros de su casa, también arrastrado por las olas.

Masako narró que su marido trabajó despiezando pescado después de graduarse de la secundaria y se alejó temporalmente de la zona. Eventualmente regresó a Suzu para seguir los pasos de su padre, también pescador. En invierno, mostraba orgulloso los grandes peces capturados en sus redes.

Quería sus hijos siguieran caminos diferentes. Sus dos hijos, Kousuke (17) y Hiroya (16), que asisten a una escuela secundaria local, recuerdan que su padre decía: «El trabajo de un pescador es duro. Estudien más y elijan una carrera diferente». Les animaba a adquirir conocimiento viendo programas de preguntas y educativos en la televisión.


La aldea quedó devastada por el tsunami, y la escuela secundaria de los hijos, ubicada en el barrio de Takaradai, Ukaicho, en Suzu, se ha convertido en un refugio. No hay perspectivas claras para la reconstrucción de la vida.

«No sé qué hacer ahora, solo me concentro en sobrevivir día a día. No importa cómo, solo quiero encontrar a mi marido», dijo Masako. (RI/AG/)


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