“Estoy buscando una amante”: acoso cotidiano a emprendedoras en Japón

Las mujeres empresarias o que aspiran a tener su propio negocio en Japón enfrentan un gran obstáculo: el acoso sexual.


Mainichi Shimbun ha recogido los testimonios de varias emprendedoras que han tenido y tienen que lidiar cotidianamente con este problema.

Una de ellas cuenta que -hace tres años- un hombre que trabajaba para uno de sus socios comerciales le soltó de manera repentina: “Estoy buscando una amante”.

En otra ocasión, cuando subió a un taxi con el representante de un socio de negocios, el hombre la besó a la fuerza.


Por eso, teme conocer a los hombres que trabajan para sus socios empresariales. “No quiero trabajar con gente así”, dice.

Estos casos no son aislados.

Buscar financiación para lanzar una startup puede ser una pesadilla para una emprendedora.


Una mujer relata que un representante de una firma de capital de riesgo de la que buscaba financiación le enviaba correos electrónicos para decirle cosas como: “Quiero besarte”.

Las condiciones en las cuales se hace empresa en Japón favorecen el acoso, según Mainichi.


En el país asiático es común intercambiar información, acordar detalles de trabajo y en general tratar temas de negocios no en oficinas, sino en reuniones informales (por ejemplo, fiestas o actividades con alcohol).

Una emprendedora que se reunió con inversores y socios comerciales recibió luego del encuentro un mensaje de uno de los presentes: “La próxima vez salgamos a cenar, solo nosotros”.

“No puedo entender por qué no podemos simplemente tener una reunión en la oficina. Al mismo tiempo, tengo miedo de que si rechazo las cenas pensarán: ‘Ella no parece estar interesada’”, dice.

Las empresarias de casos como los reseñados tienen apoyo de firmas que reciben solicitudes de ayuda a diario. Y muchas tienen que ver con las cenas.

¿Cómo manejar el asunto? Rechazar una cena podría equivaler a perder una fuente de financiamiento, pero también ser terreno fértil para los acosos.

Una de estas organizaciones de apoyo explica: “Es difícil rechazar una llamada de un hombre mayor con poder en la industria. Muchas mujeres tienen miedo”.

En un ámbito donde el acoso sexual es común, hay emprendedoras que renuncian. “No estoy hecha para esto”, piensan.

Sin embargo, hay una mayor conciencia sobre el asunto. A mediados del año pasado se realizó un evento con las principales startups de Japón que a través de una declaración conjunta dijeron que no se toleraría ninguna forma de acoso.

Además, se creó un servicio de denuncias para atajar el problema con la cooperación de abogados y agencias de investigación. (International Press)

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