La semana pasada, el embajador saliente de Japón en China, Hideo Tarumi, visitó a un ejecutivo japonés detenido por los chinos por supuesto espionaje.
Tarumi ofreció una conferencia de prensa para contar que visitó a su compatriota para ofrecerle una “disculpa personal” por no haber podido contribuir a lograr su liberación, informa Kyodo.
El embajador, que culmina un periodo de tres años en Pekín, lamentó el frustrado intento.
Además de ofrecerle disculpas Tarumi le comunicó que el gobierno de Japón seguirá trabajando por su libertad.
El embajador también visitó al hombre para que su caso no sea relegado al olvido por la sociedad.
En noviembre, durante una reunión que sostuvo con el presidente chino Xi Jinping en San Francisco, el primer ministro de Japón, Fumio Kishida, le pidió la liberación del hombre.
El supuesto espía japonés, un empleado de alto rango de la farmacéutica Astellas Pharma y exmiembro de la Cámara de Comercio e Industria Japonesa en China, está detenido desde marzo.
Fue detenido cuando estaba a punto de viajar a Japón. Se desconocen los detalles de la acusación.
Por otro lado, el embajador Tarumi destacó la relevancia de las comunicaciones entre Japón y China para estabilizar sus vínculos.
Japón y China son “vecinos permanentes y no podemos alejarnos” el uno del otro, dijo.
“Es normal tener diferencias y fricciones, y no debemos temer eso. Lo que sí debemos temer es perder el contacto unos con otros”, añadió el embajador, que tiene alrededor de 40 años de experiencia diplomática.
En esa línea, indicó que la comunicación es más importante que nunca cuando hay diferencias y fricciones. (International Press)
