En agosto de 2022 se detectó que Hisae Shinokura, una mujer de 85 años residente en la prefectura de Fukuoka, estaba infectada con coronavirus. Cinco días después murió en el hospital donde estaba internada.
Su familia solicitó ver su rostro antes de su cremación, pero la funeraria se opuso, alegando que la difunta estaba cubierta con una bolsa gris para cadáveres.
Por ello, la familia ha decidido demandar a la empresa, operada por Cooperativas Agrícolas de Japón, por 1,8 millones de yenes (12.400 dólares) en compensación por daños, informa Mainichi Shimbun.
La familia ampara su demanda en una directriz del gobierno de Japón establecida en julio de 2020 que dice que, si es posible, se debe ofrecer a los parientes del fallecido la posibilidad de ver su rostro antes de la cremación.
Además, afirma que la bolsa para cadáveres tenía una ventana de plástico transparente que permitía ver la cara.
La funeraria se ha abstenido de comentar el caso. (International Press)