El 15 de julio de 2019, el entonces primer ministro de Japón, Shinzo Abe, dio un discurso frente a la estación de Sapporo, en busca de votos para un candidato de su partido en unas elecciones al Parlamento.
Dos personas presentes en el mitin gritaron contra Abe. Un hombre de 35 años, que exigió su renuncia, y una mujer de 27 que se manifestó en contra de aumentar los impuestos.
La policía los sacó del lugar y ambos acudieron a los tribunales para demandar una compensación por lo que consideran una violación de su libertad de expresión.
En marzo de 2022, el Tribunal de Distrito de Sapporo falló que la policía había infringido su libertad de expresión y ordenó una reparación por un total de 880.000 yenes (6.122 dólares) a los dos.
Esta semana, sin embargo, el Tribunal Superior de Sapporo determinó que la compensación solo correspondía a la mujer, a quien la policía deberá pagar 550.000 yenes (3.826 dólares), informa Asahi Shimbun.
En el caso del hombre, el tribunal sostuvo que la policía no violó su derecho de expresión.
El hombre dijo que el asesinato de Abe en julio de 2022 y el ataque al primer ministro Fumio Kishida en abril pasado influyeron claramente en el reciente fallo, que “podría conducir a una sociedad en la que no podemos decir lo que sentimos”.
La mujer, por su parte, declaró no saber cuál fue la diferencia entre lo que ella dijo y lo que dijo el hombre.
El tribunal explicó que en el caso de la mujer la policía utilizó la fuerza en exceso, pues el riesgo de que sus gritos desencadenaran actos violentos era menor.
Al expulsarla del lugar, “se le impidió seguir expresando su opinión y se violó su libertad de expresión”.
En el caso del hombre, sin embargo, el tribunal determinó que la policía actuó correctamente al sacarlo de escena debido a que existía peligro de violencia.
La policía presentó un video en el cual se aprecia que personas que estaban al lado del hombre lo empujaron dos veces, enojados porque sus gritos dificultaban su grabación del discurso de Abe.
El hombre ignoró las órdenes policiales para que dejara de gritar. (International Press)
