La policía de Saitama arrestó el martes a dos vietnamitas que trabajaban en una peluquería sin permiso.
Una mujer, de 35 años, dirigía la peluquería. Un hombre, de 29, era su empleado.
El hombre permanece de manera ilegal en Japón. Llegó al país como aprendiz, pero luego huyó del trabajo donde recibía capacitación.
La peluquería funcionaba en la habitación de un edificio desde hace unos dos años y la mayoría de sus clientes eran extranjeros.
Sus servicios (cortes de pelo, permanente, etc.) costaban entre 2.000 yenes (14 dólares) y 16.000 yenes (112 dólares)
En Japón, se necesitan al menos dos años para ser peluquero con autorización otorgada por el gobierno japonés.
Después de estudiar en instituciones designadas por el Ministerio de Trabajo,
los solicitantes deben aprobar exámenes teóricos y prácticos.
Fusako Yoshida, directora de una organización que apoya a salones de belleza, declara a Asahi que es muy peligroso que gente sin experiencia ejerza la peluquería.
Como parte de su formación, los estudiantes deben aprender sobre salud pública (enfermedades infecciosas, por ejemplo).
Los productos para teñir el cabello o la permanente pueden cegar a los clientes o dañar su piel si no se usan correctamente, advierte Yoshida.
En la misma línea, un peluquero de 27 años que vive en Saitama cuenta que estudió dos años en una escuela de peluquería y que para convertirse en el profesional que hoy es gastó varios millones de yenes (en los estudios y en la compra de herramientas (como tijeras)).
Un peluquero, además, no corta el cabello de los clientes apenas obtiene el permiso.
Cuando entra a trabajar en una peluquería, explica, hace varias tareas durante al menos tres años antes de poder cortar el cabello de los clientes.
“Se necesita mucho esfuerzo para ser un buen peluquero”, sostiene. Por eso, dice, es “imperdonable” que haya personas que ejerzan la profesión sin licencia. (International Press)
Descubre más desde International Press - Noticias de Japón en español
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.