En julio de 2021, Toma Kurakake, un niño de 5 años, murió por un golpe de calor en el autobús de una guardería en la ciudad de Nakama, prefectura de Fukuoka.
Al llegar a la guardería, los niños que transportaba el autobús escolar comenzaron a descender del vehículo. La persona que lo conducía olvidó verificar si Toma había bajado y cerró la puerta del autobús, dejándolo encerrado.
Un comité de investigación nombrado por el municipio de Nakama presentó un informe final esta semana, haciendo hincapié en que la única persona de la guardería que estaba en el autobús era la conductora.
No había otro empleado en el vehículo porque la guardería carecía de suficiente personal.
La muerte de Toma se podría haber evitado si hubiera habido otro trabajador en el autobús, según el comité, informó Mainichi Shimbun.
Además, hubo otra negligencia que contribuyó a la muerte del niño: no controlar la asistencia de los niños. Si el personal lo hubiera hecho, se habría percatado de la ausencia de Toma.
El comité dejó varias recomendaciones para que una tragedia como la de Toma no se repita:
- Tener más de un empleado en los autobuses escolares.
- Verificar minuciosamente los nombres de los niños que suben y bajan del autobús y confirmar su asistencia.
- Usar dispositivos de seguridad tecnológicos.
Por otro lado, el comité exhortó al gobierno local a hacer frente al problema de la escasez crónica de trabajadores en las guarderías.
La persona que se desempeñaba como directora de la guardería cuando Toma murió y una trabajadora fueron halladas culpables de homicidio involuntario. Ambas recibieron sentencias suspendidas. (International Press)
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