“1.500 yenes por hora es el mínimo necesario para que la gente viva decentemente”

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Kaede Motegi, un estudiante de 21 años de una universidad privada en el área metropolitana de Tokio, fue una de las aproximadamente cien personas que el domingo pasado participaron en una manifestación en Shibuya, Tokio.


Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, exigían un aumento del salario mínimo.

Motegi hace varios trabajos de medio tiempo para costear sus estudios.

En declaraciones a Mainichi Shimbun, el joven cuenta que trabaja de noche en un supermercado y un hospital. Un solo empleo no le alcanza (y eso que vive con sus padres, con lo cual se ahorra el alquiler).


En las mañanas está tan cansado o falto de sueño, que a veces se pierde clases.

El supermercado donde trabaja paga el salario mínimo de la prefectura de Saitama (987 yenes o 7,24 dólares). Los trabajadores piden un incremento de 10 %, pero no han sido atendidos.

Otra de las personas participantes fue una mujer de 25 años que reside en Tokio.


Después de impuestos, percibe alrededor de 190.000 yenes (1.395 dólares) mensualmente.

Cada mes la mujer debe pagar 17.000 yenes (124 dólares) por su préstamo estudiantil. “Un salario por hora de 1.500 yenes (11 dólares) es el mínimo necesario para que la gente viva decentemente”, dice. (El salario mínimo en Tokio subió a 1.072 yenes (7,87 dólares) en octubre del año pasado).


Una tercera manifestante, una treintañera, pese a ser una trabajadora regular, solo recibe alrededor de 150.000 yenes (1.100 dólares) después de impuestos.

«Incluso si reduzco mis gastos de servicios públicos y comida, me quedo sin nada después de pagar el alquiler. Tengo que renunciar a todo: matrimonio, hijos, mudanza o cambio de trabajo», dice. (International Press)

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