El kaizen cívico, por Julio Peña* 

Vía de Evitamiento, Lima, Perú (Foto Andina)

En mayo pasado visité Perú pues por fin se habían abierto las fronteras y pude realizar el tan esperado viaje postergado por el COVID 19. La pandemia ha cambiado algunos hábitos de la gente, como el uso de la mascarilla, aunque muchas personas no la usaban en la vía pública. la distancia social estaba recomendada en carteles, pero igual no se cumplía. En las entradas de los centros comerciales y mercados los vigilantes solicitaban el certificado de vacunación, el que mostré varias veces y que nadie verificó ni el contenido ni el nombre del portador. Una versión moderna de que la ley “se acata, pero no se cumple“ y con ello una pérdida de recursos humanos y materiales.

Un ejemplo, es el tiempo que se pierde en desplazarse de un lugar a otro por causa de la congestión vehicular, esto es una de las “7 muda” o desperdicios que el ingeniero Taiichi Onno eliminó de las fábricas de Toyota para convertirla en un modelo de gestión empresarial.


Este tiempo desperdiciado no solo afecta la economía sino también al factor psicológico de la población, volviéndola menos productiva y más propensa a cometer lamentables errores como las infracciones y accidentes de tránsito. De acuerdo a los datos de la Defensoría del Pueblo del Perú, en los últimos cinco años han ocurrido alrededor de 420.000 accidentes que han dejado más de 14.000 muertes y 272.000 personas heridas o con discapacidad, siendo la causa principal el factor humano ya sea por exceso de velocidad, estado etílico o imprudencia del peatón.

Esta forma de vivir entre la ley y el desorden nos lleva a reflexionar sobre si realmente nuestra sociedad puede alcanzar el kaizen cívico. En otras palabras, si podemos mejorar nuestro comportamiento ciudadano de manera continua para lograr el respeto mutuo y privilegiar el bien común, esto redundaría en la disminución de los altos costos socioeconómicos que ocasionan los accidentes de tráfico.

En Japón ocurre lo contrario, el número de fallecidos se redujo en el 2021 a 2.636 personas, la cifra más baja desde el año 1948, un récord histórico.


¿Cómo ha conseguido Japón reducir los accidentes? Se han implantado leyes más severas contra el consumo de alcohol en conductores. Tener del 0.15mg/l al 0.25 mg/l de alcohol en la sangre es la suspensión de la licencia por 90 días y por una cantidad superior, la cancelación del brevete por dos años, aparte de la pena de prisión o multa y sanciones mucho mayores en caso de muerte.

También hay una mejor infraestructura vial y la aplicación de una avanzada tecnología en coches nuevos, entre otros factores. Sin embargo, considero que la razón principal es el acatamiento de las leyes y costumbres por la mayoría de los ciudadanos en todo orden de cosas. De esta manera, el uso generalizado de la mascarilla es tan común como ver la acción del conductor de un vehículo que cede cortésmente el paso a otro para hacer más fluido y seguro el tránsito.

Creo que en nuestros países debemos trabajar mucho más en fomentar la empatía como base del respeto al prójimo y al bienestar común.  Estas pequeñas acciones pueden cambiar para bien la forma de vida de una comunidad y porque no de un país.


Chiri mo tsumoreba yama to naru. (Si el polvo se acumula se convierte en una montaña.) Proverbio japonés.

 


(*) Julio Peña. Colaborador. Director ejecutivo del Foro Reflexión Perú, capítulo Japón.

 

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