Pobreza y menores cuidadores en Japón, la realidad detrás de la muerte de una niña

Juego de donde cayó la niña, según su hermano (Fuji TV)

El 1 de agosto, a un hombre que reside cerca de un parque en la ciudad de Otsu, prefectura de Shiga, le tocaron la puerta. Era un adolescente de 17 años en busca de ayuda para su hermana, quien, según él, se había caído de unas barras de monos en el parque.


La niña, de seis años, yacía inconsciente y su hermano preguntaba si podrían salvarla y si lo culparían de lo ocurrido.

La pequeña fue llevada a un hospital, donde se certificó su muerte.

Una autopsia detectó alrededor de 100 hematomas en todo el cuerpo y varias costillas rotas en la niña.


La policía arrestó al menor por la muerte de su hermana, informó Mainichi Shimbun.

El adolescente pateaba a la niña en el estómago y la espalda, entre otros actos de agresión.

«Estaba cansado de cuidar a mi hermana», declaró a la policía.


Los dos hermanos vivían con su madre, pero esta no solía andar en casa, según Mainichi. La familia es pobre y está atrasada en el pago del alquiler.

El menor se mudó con su madre y hermana en abril. Desde que era estudiante de primaria, por la pobreza de su familia, vivió en un orfanato en la prefectura de Kioto.


La niña, por su parte, recibió cobijo en una instalación de bienestar infantil en la prefectura de Osaka cuando tenía un año.

Los hermanos no eran desconocidos por las autoridades de Otsu. El 21 de julio, ambos visitaron una tienda de conveniencia, donde la niña le preguntó a un cliente: «¿Puede prestarme 1.000 yenes (9 dólares)?».

El hecho fue informado a la policía, que tomó temporalmente bajo protección a la niña. No detectó en ella signos de agresiones, pero no encontró a su madre, así que notificó al centro de consulta de infantil local por sospecha de negligencia de la mujer como cuidadora de su hija.

El centro programó una reunión con la madre el 4 de agosto, cuando la niña ya llevaba tres días muerta. El centro admitió que no le dio prioridad al caso debido a la presencia del adolescente de 17 años, casi un adulto, sin percatarse de que la pequeña no solo era víctima de la negligencia de la madre, sino también de los golpes de su hermano.

Este caso pone en evidencia la realidad de los menores que cuidan a algún miembro de su familia. Una investigación publicada en abril por el gobierno de Japón sobre cuidadores jóvenes descubrió que el 5,7 % de los estudiantes de segundo año de secundaria pública y el 4,1% de los de segundo año de koko (preparatoria) público cuidaban de un pariente.

Muchos tenían bajo su cuidado a sus hermanos. Algunos se quejaban de la carga mental que representaba la tarea de cuidadores y de que no tenían tiempo para sí mismos. (International Press)

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