Con su decisión de sumar a siete prefecturas al estado de emergencia para frenar el coronavirus, el gobierno de Japón eleva a 21 el número total.
Sin embargo, más de 40 de las 47 prefecturas del país han alcanzado el nivel 4, el más alto en la escala que mide el avance de las infecciones, lo cual, advierte Mainichi Shimbun en un editorial, pone el foco sobre “el lento manejo de la situación por parte del gobierno”.
Por ello, el diario japonés pide extender el estado de emergencia a todo el país, en vez de ampliarlo “poco a poco”, como se ha venido haciendo.
El gobierno tiene que abandonar su postura “optimista” con respecto a la crítica situación, señala Mainichi, y adoptar un “sentido de urgencia”.
El diario recoge la opinión del jefe del grupo de expertos que asesora al gobierno, Shigeru Omi, quien sugirió que el gobierno había sido “ingenuo” sobre la pandemia, adoptando al parecer una visión más optimista que la de los expertos.
La creencia del gobierno de que el avance de la vacunación de los ancianos podría frenar el número de personas con síntomas graves se ha estrellado contra la realidad de que cada vez más personas de mediana edad se están enfermando gravemente.
Hay quienes sostienen, apunta el diario, que el gobierno envió un mensaje equivocado al público al celebrar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio, mientras instaba a la gente a no salir.
Para frenar el contagio, reducir el contacto entre las personas es fundamental. Sin embargo, tras la declaración del estado de emergencia en Tokio el contacto solo disminuyó alrededor de un 30 %, lejos del 50 % que proponían los expertos. Peor aún, desde que terminó el período de vacaciones de Obon a mediados de agosto, ha aumentado el número de gente que sale en los distritos de entretenimiento por la noche.
A esto hay que sumarle el temor de que las infecciones se incrementen tras el fin de las vacaciones escolares de verano y el retorno a clases.
Tras alertar sobre la expansión de la variante delta, Mainichi remarca: “Debemos reforzar nuestras medidas (de prevención) y detener el colapso del sistema médico”. Han muerto personas quen en condiciones normales podrían haberse salvado.
Un caso que no puede repetirse, subraya, es el de una mujer embarazada con coronavirus que no fue admitida por ningún hospital y dio a luz en su casa, donde murió su bebé. (International Press)
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