El 23 de julio, día de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Tokio, Japón registró alrededor de 4.200 nuevos casos de coronavirus. El 9 de agosto, un día después de la clausura, se reportaron 12.073, el séptimo día consecutivo en que la cifra superó los 10.000.
Sin embargo, el gobierno japonés descartó que la competición multideportiva internacional fuera responsable de la explosión de casos en el país.
La ministra olímpica de Japón, Tamayo Marukawa, declaró a los medios: «No creo que los Juegos Olímpicos hayan causado la propagación de infecciones».
Marukawa remarcó que se tomaron medidas exhaustivas para contener el virus durante la celebración de los Juegos, según Mainichi Shimbun.
Cuando alguien daba positivo, era trasladado a una instalación designada para cumplir un periodo de aislamiento, dijo la ministra. La gente con la que había estado en contacto era rápidamente identificada y puesta en cuarentena, añadió.
151 personas relacionadas con los Juegos procedentes del extranjero dieron positivo, informó.
En defensa de los Juegos, la ministra destacó su popularidad entre la población, de acuerdo con las cifras de audiencia televisiva.
En la región de Kanto (que incluye a Tokio), el 56,4 % vio la ceremonia de inauguración, mientras que más del 20 % en promedio asistió por TV a las competiciones. “Mucha gente vio a los deportistas en acción todos los días”, resaltó. (International Press)
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